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El arquitecto Luis Fernández Galiano ingresa en la Academia de Bellas Artes
El arquitecto Luis Fernández Galiano ha defendido hoy, en su ingreso como académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, el crecimiento de las ciudades compactas, al estilo clásico mediterráneo, en una situación de crisis y de interés por aprovechar mejor los recursos.
El nuevo académico ha desarrollado ampliamente estas cuestiones en su discurso, titulado "Arquitectura y vida. El arte en mutación", que ha leído esta noche en el acto de toma de posesión de su cargo en la institución, en presencia del ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, y de colegas como Norman Foster.
Fernández Galiano, que llega respaldado por los académicos Rafael Manzano, Simón Marchán y Pedro Navascués y hereda la medalla número 10 que un día fue de José Antonio Corrales, Luis Cervera y Luis Menéndez Pidal, ha alertado sobre el peligro que conlleva el modelo actual de urbe, que dificulta el bienestar del individuo y de la sociedad, y ha planteado la solución: un cambio de paradigma.
Con una visión optimista, este catedrático de Proyectos de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid ha dicho que la solución está en promover una arquitectura más austera, que se va a producir debido a la crisis, y la responsabilidad moral por preservar el medio ambiente.
Ante un nutrido auditorio, Fernández Galiano ha afirmado que "más de la mitad de la humanidad vive ya en ciudades, y el proceso de urbanización avanza a una velocidad tan vertiginosa, que pronto podremos describir el planeta como un globo construido".
Ha cuestionado el modelo de urbanismo de la ciudad que se expande hacia la periferia y que ha bautizado como "Babel horizontal", porque "no es -ha dicho- plenamente ciudad ni apenas campo".
Las bondades de "la exuberancia energética"del petróleo y el gas y de la economía, y "la nostalgia de la naturaleza que siente el ciudadano"en la urbe han conllevado la proliferación de la denominada ciudad "Babel horizontal"en los cinco continentes, ha indicado Fernández Galiano (Calatayud, 1950).
En la actual situación de crisis, "la mejor alternativa es la ciudad compacta, que no es tanto la metrópolis de los rascacielos como la urbe clásica mediterránea", ha dicho. El director de la revista "Arquitectura Viva"ha cuestionado los edificios creados como iconos mediáticos en las últimas décadas, en las que la arquitectura, como otras artes, ha caído en las redes sutiles de la sociedad del espectáculo, ha añadido.
En esta época de crisis, la arquitectura "debe abandonar el modelo de la 'Babel horizontal' si no quiere poner en riesgo el futuro de nuestra especie en el planeta, y ofrecer una forma de habitar el mundo más responsable y sostenible: una manera de vivir juntos más eficaz en lo económico, más estimulante en lo cultural y más gratificante en lo afectivo", ha continuado diciendo.
Bajo la premisa de "menos es mejor", el nuevo académico ha defendido "una arquitectura de exigente claridad formal y rigurosa continuidad con lo existente, donde la sencillez y la economía de medios reduzcan su impacto sobre los recursos limitados del planeta".
Tras la intervención de Rafael Moneo dando la bienvenida al nuevo académico y ensalzando su trabajo, con especial mención a su libro "El fuego y la memoria"(1991), ha cerrado el acto el ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert.
El ministro, tras destacar el diálogo constante en la obra de Fernández Galiano entre arquitectura y sociedad, se ha manifestado satisfecho de haber asistido a este ingreso, tanto a nivel institucional, por poder manifestar el compromiso del Gobierno con esta academia, como personal, por tratarse, ha dicho, de un muy querido amigo suyo.
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