El Cairo
Tras los sospechosos de Bengasi
Un mes y medio después del ataque contra el consulado estadounidense en Bengasi, en el que murió el embajador Chris Stevens y otras 3 personas, muchas preguntas siguen aún sin respuesta y sólo existen sospechas y evidencias poco concluyentes.
Un hombre tunecino identificado como Ali Ani al Harzi sería el primer sospechoso arrestado en conexión con el asalto a la legación diplomática el pasado 11 de septiembre, que se cree que fue liderado por el grupo radical Ansar al Sharia, con presencia en Libia. Al Harzi fue detenido a principios de este mes cuando intentaba entrar en Turquía con un pasaporte falso y extraditado posteriormente a su país de origen, aunque las autoridades judiciales tunecinas no han clarificado si está relacionado o no con el asesinato del embajador Stevens.
Mientras, Egipto informó ayer de que otro sospechoso en la muerte del diplomático falleció en El Cairo en la madrugada del jueves, cuando la Policía lo sorprendió en su apartamento del barrio de Medinat Nasr. El hombre opuso resistencia y se enfrentó con los agentes, según informó la prensa local, que no desvela si el hombre es egipcio o libio. El sospechoso tendría vínculos con Al Qaeda, pero no queda clara su implicación en los sucesos de Bengasi. Otros militantes extremistas habrían sido arrestados en la operación en El Cairo, que estaría relacionada con la alerta de seguridad en la península del Sinaí, donde los extremistas se están haciendo fuertes.
Las pistas de Túnez y Egipto no esclarecen qué personas o grupo están detrás del ataque en Libia, y siguen existiendo dudas de si éste fue premeditado y bien organizado, o simplemente "espontáneo". El Gobierno de EEUU ha defendido ambas versiones en las pasadas semanas y asegura que aún no se pueden alcanzar conclusiones y que las investigaciones siguen abiertas.
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