Carreteras

Controles como si fuese Navidad

No era Nochevieja pero lo parecía: medio Madrid de copas y controles de alcoholemia por todas partes. El pasado viernes, primer fin de semana del otoño, fue el día escogido por miles de madrileños para salir a disfrutar de la noche. Las vacaciones de verano ya habían pasado a mejor vida para todos y, quizás por eso, casi todos optaron por el mismo plan.

Controles como si fuese Navidad
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 Restaurantes de bote en bote y locales de copas atestados fue el resultado de miles de «quedadas» entre amigos, familiares y compañeros de universidad o colegio mayor recién estrenados. Y, como si el Ayuntamiento de la capital hubiera leído la mente de todos y supiera que en Madrid esa noche todo el mundo iba salir a tomar una copa, estableció un dispositivo especial de controles de alcoholemia para la noche del viernes 24 al sábado 25 de septiembre.

Según fuentes policiales, más de una decena de unidades de Policía Municipal estuvieron desplegadas por distintos puntos de la ciudad para, etilómetro en mano, hacer soplar a todos los madrileños que se hubieran atrevido a coger el coche después de haber tomado más de una copa de alcohol.

Así que, si usted circuló por la capital esa noche, aunque no hubiera tomado nada, se percataría de la cantidad de puntos «tomados» por la Policía para este cometido desde las once de la noche hasta las siete de la mañana aproximadamente. Esto supuso, sobre todo en las calles más concurridas, una considerable ralentización del tráfico. Como cualquiera pudo comprobar, en cada control había cuatro agentes que, según fuentes policiales, iban rotando por diferentes coordenadas de cada distrito cada hora y media. En el de Chamartín, por ejemplo, hubo un control formado por cuatro agentes en el paseo de la Habana con Concha Espina desde la una hasta las dos y media de la madrugada para después trasladarse, los mismos policías, a Príncipe de Vergara con la glorieta López de Hoyos. Aquí estuvieron, más o menos, de tres a las cuatro de la madrugada. Y así en más de una decena de distritos.

Se desconoce el balance final de este dispositivo de etilómetros, digno de cualquier operación especial de la DGT para los días más señalados de Navidad, Semana Santa o verano pero, si usted salió esa noche y bebió, esperamos que tomara un taxi de vuelta a casa. De lo contrario, su bolsillo ya habrá notado que era misión imposible librarse de soplar en el etilómetro.