Historia
Ballesteros acusa a Carlos Germán del «chivatazo»
«Carlos Germán habla con Elosua y le dice que avise a José Antonio –el etarra Cau Aldanur– para que no baje, que le están vigilando, que no hable por el móvil y que controla a los policías que hay fuera. Elosua indica que hay tres o cuatro policías escoltando a quien le pasa el teléfono móvil.
Tras hablar con Carmelo –su yerno– sale del bar, se dirige a las cabinas para llamar y a continuación le pide a Carmelo que le lleve a Francia a ver a José Antonio, contándole toda la conversación ocurrida. Carlos Germán, tras hablar con Elosua, llama a su segundo, Javier Ventas hablando con él durante trece minutos, contándole lo ocurrido». Esta es la conclusión a la que llega la defensa del inspector José María Ballesteros, imputado en el «caso Faisán», como hipótesis más probable de lo que sucedió el 4 de mayo de 2006, cuando un «soplo» policial abortó una operación contra el entramado económico de la banda ETA. Eso sí, «sin poder imputar nada a nadie porque no nos compete» al ser defensor de uno de los imputados.
En el escrito presentado ayer por el abogado de Ballesteros, José Luis Vegas –al que acompaña un vídeo donde se recrea su «teoría alternativa»–, se apunta directamente al hoy comisario Carlos Germán como la persona que habló con Elosua advirtiéndole de que estaba en marcha la citada operación antiterrorista; y a un agente de su equipo como quien le entregó el móvil al dueño del bar Faisán con el que mantuvo la conversación en la que se le informó de todo lo que iba a ocurrir. Tras pedir el archivo de la causa por entender que no hay indicios para mantener la imputación de su defendido, aunque admite con resignación que esa esperanza «es de cero», se critica muy duramente el informe de conclusiones realizado por el equipo de investigación dirigido por el hoy comisario –en el momento de los hechos era inspector– Carlos Germán. Informe que califica con adjetivos como «paupérrimo», «enorme falacia», «procesos finitos, bien recortados, dirigidos en una única dirección» por el «excelente» equipo de investigación.
Junto a ello, denuncias las trabas que sufren las defensas en este procedimiento, «el primer caso de contenido jurídico cero y contenido político cien», cuando intentan buscar una «teoría altenativa» que coincida más con la realidad de los hechos, a tenor de los datos existentes en la causa. «Con el máximo de los respetos pero desde la máxima indignación que nos produce el cierre de puertas al que se nos somete a las dos defensas que pretenden esclarecer los hechos y sobre todo el cierre de puertas a las que de pronto parece someterse el Ministerio Fiscal, aún aportando multitud de datos clarificadores al proceso», denuncian al respecto. En opinión de esta defensa, el Jefe Superior de Policía del País Vasco, Enrique Pamíes, y el propio Ballesteros, no son más que «unos desagradables invitados a las apreciaciones de los investigadores, que van más allá» del que era su cometido. La defensa deBallesteros destaca como el propio Elosua negó varias veces que fuese quien le diese el móvil, y cómo ante lo que pudiese suceder Carlos Germán no iba «a investigarse a sí mismo».
La «teoría alternativa» del «soplo»
- CARLOS G.?: Buenos días. Ya sabes cómo nos encontramos ¿eh? Tengo que advertirte que tu teléfono está machacado. Ayer estuviste en una reunión y sé que tienes cita para hoy, que le vas a dar 9 botellas de vino –el dinero de la extorsión–. Sólo te digo que hay gente que le interesa que el proceso se rompa, ¿eh? - ELOSUA: ¿¡Cómo!? ¿¡Qué!? -CARLOS G. ?: Sí, sí. Hay policía en la frontera para coger a José Antonio –el etarra Aldanur–. Si pasa, le van a detener y le van a mirar el coche de arriba abajo. - ELOSUA: Pero...- CARLOS G. ?: Sí, y eso sí, no digas que te he llamado yo. Además, te he cogido a 3 ó 4 polis de paisano. - ELOSUA: No, si ya los veo. Ya sé que los controlas tú.- CARLOS G. ?: Ellos lo saben.
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