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Una aspirina para la «Pulga»

Una aspirina para la «Pulga»
Una aspirina para la «Pulga»larazon

BARCELONA- Un dolor de cabeza amenazaba con amargar el partido a Leo Messi. El argentino no se encontró bien durante la tarde y le pidió al doctor Pruna una pastilla para calmar el malestar. Se desconoce la composición química de la pastilla, pero saberlo podría valer un premio Nobel. Cuando acabó el partido, a Messi ya no le dolía la cabeza. Le dolían los oídos de tantos aplausos que había escuchado. Cinco goles ante el Bayer Leverkusen. Sí, el equipo de la «aspirina». Ironías de la vida.

Si Messi decidiera colgar las botas hoy mismo, ya tendría un lugar de privilegio en la historia del Barcelona. Por suerte para los «culés» –y para el fútbol–, la «Pulga» apenas cuenta con 24 años y tiene ante sí un futuro casi tan prometedor como el pasado que le contempla. Messi acabará ostentando muchas marcas de la historia azulgrana, pero quizá la más sugnificativa sea la de máximo goleador del club. A César le queda muy poco en ese lugar de privilegio. El argentino empezó la temporada a casi sesenta goles del mito «culé». Todos apuntaban a que le alcanzaría la próxima temporada. Estamos en los albores del mes de marzo y ya está sólo a siete.
Y no es una broma.
Después de meter cinco goles en unos octavos de final de la Liga de Campeones, la primera vez que esto sucede en la historia de la competición, todas las palabras sobran. «No es fácil meter cinco goles en un partido, yo logré once en toda mi carrera. Le doy un partido más y me supera», bromeaba Guardiola, tan alucinado como el primero de la exhibición de su menuda estrella. Más en serio, se rendía ante Messi: «Es el mejor, no hay otro. Soy un afortunado, siempre podré decir que le entrené. Es único».

Es raro ver a Messi no acabar un partido. Siempre quiere jugarlo todo y su entrenador no le pone pegas. Unas ansias que pagó ayer el Bayer Leverkusen. El argentino tuvo descanso forzoso ante el Sporting. Estaba sancionado. Pero a una fiera salvaje no se la puede encerrar. Porque luego la sueltas y pasa lo que pasa. Y si no, que se lo pregunten a Robin Dutt, que hará un pedido extra de aspirinas a su patrocinador después del 7-1. Las necesitará.