Valencia
Ídolo de agitación masiva
Una multitud fiestera convirtió ayer la pradera artificial de Rock in Río en una discoteca de última generación con DJ parisino David Getta a los platos
Todos izquierda, derecha, arriba. Las manos en el aire. ¡Una vez más! Podría parecer una clase de zumba, el método fitness de moda –que, por otra parte, también cuenta con espacio propio en Rock in Río–, pero en realidad estamos en la actuación de David Guetta, auténtico agitador de la tercera jornada en la sucursal madrileña del macrofestival. Un simple gesto suyo basta para poner a bailar al personal, ratificando su reinado sobre las masas, entre luces estroboscópicas, colores vibrantes, pantallas LED y efectos visuales.
Ayer no había argumentos para el debate. Tras superar el atasco en la carretera de Valencia, el diagnóstico era sencillo: de rock, ni rastro. Aunque, para ser justos, lo de Guetta tampoco es electrónica en sentido estricto. Más bien pop global, que lo mismo funciona en Nueva Delhi que en Bogotá, en Varsovia que en la Ciudad del Rock de Arganda. No importa en realidad que los temas propios (especialmente de «Nothing But The Beat», su último disco) no sean conocidos por la gran mayoría, aguardando sus remezclas y trabajos para terceros, siempre con los brazos en alto y a golpe de zapatilla. Así las cosas, estaba claro que tocaba decir adiós a las escenas familiares de la primera jornada. El público de ayer –con notable presencia de adolescentes– estaba aquí a otra cosa, acudiendo al reclamo de gurús de las pistas como Erick Morillo, Pete Tong o Martin Solveig; pero, por encima del resto, de David Guetta. El productor y DJ parisino, que comenzó felicitando a España por su triunfo en la Eurocopa, protagonizó en suma una actuación sin margen para el respiro más allá de las arengas de turno a la hinchada, amparándose en un corta y pega por el que pasaron temas de calidad desigual como «Sweat», «Gettin' Over You», «Turn Me On», «Levels», «Little Bad Girl», «Without you», «Club Can't Handle Me» o «Titanium», el mejor del lote.
Uso y abusó de los subidones como truco más efectivo, a medio camino entre lo irritante y la euforia sin matices, trasladando a Madrid las noches ibicencas de Pachá, con Pitbull o Afrojack –también presentes en un cartel consagrado a la electrónica más comercial, por momentos casi de garrafa– como cómplices ocasionales. Repetitivo en su esquema, lejos de las maneras que mostró hace años como uno de los nombres más relevantes del house francés, pero llevándose el gato al agua y cambiando la cara a un festival –esta vez sí con una entrada superlativa, más de 60.000 personas– que el jueves acusó el golpe de la cancelación de Rihanna y que hoy recibirá, en su única jornada verdaderamente rockera, a Incubus, Gogol Bordello y Red Hot Chili Peppers.
Claro que el autor del multiplatino «One love» no es una estrella del rock, pero sí un ídolo de masas, reclamado por Rihanna, Kelly Rowland o The Black Eyed Peas, con el aval de una multitud fiestera que convirtió la pradera artificial de Arganda en una discoteca de última generación y guardándose en la recámara, por lo que puedan decir, aquello de que el cliente siempre tiene la razón.
PARA NO PERDERSE
Rock in Río
Dónde: Autovía A3: sentido Valencia, salida 33A
Cartel para hoy: Red Hot Chili Peppers, Incubus y el DJ canadiense deadmau5
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