Miami
Carmen Lomana se divierte con su novio en Marbella por Jesús Mariñas
La mediática rubia celebrará su 63 cumpleaños con una fiesta en Billionaire, la discoteca marbellí de Briatore
Doble noticia de luto para el artisteo. Lo de José Luis Uribarri era algo previsto desde que el pasado miércoles le dieron la extrema unción. De nada sirvió alargarle la vida. Fue un mito televisivo, que hace 15 días, supongo que ya encamado, me telefoneó pidiéndome información actual de Paquita Rico, única superviviente del reparto que hizo «Dónde vas, Alfonso XII». Le dije que no se molestara porque ella está retirada en Sevilla con sus sobrinos y no quería nada con la popularidad. En eso se le parecía el grandísimo Paco Morán, fallecido también en la Barcelona de sus grandes éxitos escénicos que le acogió siendo andaluz, como un catalán más.
Dolor conjunto que llega hasta Marbella, donde Carmen Lomana celebrará su 63 cumpleaños. Acaba de retomar a su novio Casaña, recién llegado de pasar unas vacaciones en Lisboa con sus hijos. Le verá «uno de estos días, yo no soy nada absorbente», reconoce entregada al aniversario del 1 de agosto, donde revitalizará Marbella como el viernes lo hace Billionaire, relanzando su reciente inaugurada imagen, bastante deformadora en precios y desorganización. Eso cabreó a Briatore, que realzó la apertura del local con Agag. Pregunto si Briatore se desligó de Billonaire como dijeron y Carmen, que conoce a su socio Juan Carlos, me cuenta que nada de eso: «Vió que estrenaron descuidadamente, montó en cólera porque es muy exigente, pero sigue ahí». La rubia tiene motivos para celebrar porque ha ganado a «Sálvame» un pleito reivindicativo, en el que le corresponde una indemnización de 150.000 euros. «Dijeron más de la cuenta y les toca pagar», exulta. Y pensar que en sus primeros tiempos casi era musa del programa que no dejaba de enconarla con la septuagenaria Nati Abascal, que anda aterida recién llegada de los Andes.
Los medios siempre al pie del cañón solemos tener estos cambios de actitud, todo depende de cómo nos trate el famoso. Nos adaptamos a las circunstancias, a veces excediendo el elogio o acentuando el palo, como ahora cuando espero que Carla Goyanes no haga con su hijo Carlitos una tanda de presentaciones en Miami equiparables a las cuatro despedidas de soltera que montó (previo pago) cuando iba a la vicaría. Cari no me perdonó el recochineo lógico ante lo que parecía aprovechamiento de situación idílica. Para agosto, un mes insoportable en Miami, prepara la presentación oficial de la criatura y para allá marchan íntimas como Maribel Yébenes, que así perfilará el lanzamiento de su línea cosmética ampliando las mejorías de todo tipo de piel que proporciona en su Instituto del Paseo de la Habana.
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