Bogotá
«Hemos logrado romperle el espinazo a las FARC»
Durante un acto benéfico celebrado en un hotel de Bogotá, el ministro de Defensa, Gabriel Silva, despliega su discurso. No le cuesta demasiado conseguir que los empresarios donen recursos al Batallón de Sanidad. Los directivos saben lo mucho que le deben al Gobierno del presidente Álvaro Uribe y que seguridad es sinónimo de prosperidad.Tras terminar su conferencia, Silva atiende a algunos medios, entre ellos a LA RAZÓN. «Hemos logrado romperle el espinazo a las FARC, sus antiguos métodos de financiación, basados en la producción de droga y el secuestro, hoy son historia. La ofensiva de las Fuerzas Militares ha sido contundente estos últimos años. El 80% de los colombianos confía en que la guerrilla tiene los días contados», nos comenta.Silvaseñala que las FARC antes manejaban ingresos de entre 4.000 y 5.000 millones de dólares en rentas ilegales, lo que se ha visto reducido por la lucha contra el narcotráfico implementada durante el Plan Colombia. Hoy tan sólo quedan unos 7.500 guerrilleros en activo.«Tenemos Servicios de Inteligencia que filtran las comunicaciones de los guerrilleros y sabemos que están desmoralizados. Además los líderes narcos que se encuentran en nuestro país están continuamente perseguidos. Los que descansan tranquilos son los que se encuentran fuera de nuestras fronteras», añade.A este respecto y aunque Venezuela se ha convertido en refugio de terroristas, Silva se muestra conciliador. «Nosotros lo que tenemos con el pueblo venezolano es sólo motivo de afecto. Colombia y Venezuela han sido históricamente dos países muy cercanos con algunas pausas [en esa relación] producto de circunstancias coyunturales».Ante la pregunta de este diario sobre la polémica propuesta de Uribe de «blindar» a los militares para protegerlos judicialmente, Silva fue tajante.«Hay conceptos que conviene matizar y reformar, que se confunden durante los procesos abiertos por la Justicia ordinaria hacia militares, como por ejemplo el de ‘cadena de mando'. Las investigaciones abiertas al Ejército tienen una complejidad especial. No se trata de blindar sino de aclarar», afirma.Silva destacó además la reducción de denuncias por presuntas violaciones de los Derechos Humanos por parte de miembros de las Fuerzas Militares.«Las denuncias por falsos positivos –asesinatos de civiles que el Ejército hizo pasar por guerrilleros– sólohan llegado a cuatro casos en 2009 que están siendo investigadospor la Organización de Naciones Unidas (ONU)».Para terminar, le preguntamos si veremos en los próximos meses nuevas y exitosas operaciones como «Jaque» o «Camaleón», a lo que el ministro de Defensa contesta: «Muchas, las que haga falta hasta la victoria».
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