Habitación del pánico por J A Gundín

Si Arenas no gana por mayoría absoluta el 25 de marzo, festividad de San Dimas, el Buen Ladrón, Griñán seguirá de presidente y los socialistas habrán superado a los franquistas como los que más tiempo han gobernado Andalucía. Franco lo hizo durante 36 años; el PSOE lo lleva haciendo desde el 28 de mayo de 1978, cuando Plácido Fernández Viagas se impuso al centrista García Añoveros al frente de la primera Junta preautonómica. En total, ocho legislaturas, seis presidentes autonómicos y 34 años sin apearse de poder. Más que un régimen político parece una era del Mesozoico, la Jurásica le cuadra bien. Y a nada que le cuadren también las urnas, el candidato socialista podrá desbancar al dictador en el libro Guinness de los récords. Los andaluces de menos de 70 años, que son casi todos, sólo han conocido dos clases de gobernantes: el del Movimiento y el del PSOE. Donde había un comisario falangista se puso un delegado de la Junta y donde antes se exigía el carné de las JONS se sustituyó después por el del partido socialista o el de la UGT. Setenta años de adhesión inquebrantable es algo más que un dato estadístico, es la radiografía moral de una clase política cuyo objetivo primordial es perpetuarse en el poder, como una casta que transmite sus privilegios de generación en generación. Adheridos a su código genético cuelgan las corruptelas, el enchufismo, el engrase de voluntades, el reparto del pastel, el despilfarro, los pelotazos y la compra del voto. En lo político, Andalucía es como la Habitación del Pánico: blindada, oscura e irrespirable para que nadie entre ni salga. Si al menos este periodo democrático hubiera servido para sacarla de su postración económica, pero no: ahí sigue, a la cabeza del fracaso escolar, del paro y de la burocracia improductiva. ¿Otros 4 años con el PSOE? ¡Usté mismo, mi arma!