Sevilla
Juan Ignacio Zoido: «No podía imaginar tanta corrupción en la Junta»
Para Juan Ignacio Zoido Álvarez (Montellano, Sevilla, 1957) estas dos semanas no han sido diferentes respecto a su actividad en los últimos cinco años.
SEVILLA- Desde que fue designado candidato a la alcaldía por el PP, trasladó su despacho a la calle. Le sirvió para ganar las elecciones de 2007, pero un pacto PSOE-IU le impidió gobernar. Para él, a la segunda, va la vencida.
–Si no llega el domingo a la mayoría soñada, ¿qué pasará?
–Desde el punto de vista político, me sentiré en cierta medida frustrado por no haber alcanzado una mayoría suficiente de sevillanos que respalden mi labor, pero aceptaré la decisión. Y puedo garantizar una cosa, dormiré con la misma tranquilidad que si saco mayoría absoluta.
–Su apuesta es 17 concejales para el PP, 13 el PSOE y 3 IU. ¿Al Partido Andalucista no le concede nada?
–No, es muy difícil sacar un 5 por ciento de los votos sin tener representación municipal. Yo creo que el voto que quedaba del PA nos lo hemos llevado nosotros en estos cuatro años.
–Entre el candidato socialista y el comunista, ¿a quién prefiere?
–A ninguno de los dos, son dos caras de la misma moneda. De Antonio Rodrigo Torrijos (IU) creo que está fuera de la realidad.
–Si usted gana, gana Javier Arenas. Si pierde, ¿pierde él también?
–No, no. Creo que perdería mucha gente que tiene mucha ilusión, pero no especialmente Arenas. Al final, el éxito es de todos y, si no se alcanza, quiero asumir toda la responsabilidad.
–¿Qué cláusula tiene el «voto prestado» que ha pedido a los socialistas desencantados?
–No defraudarlos. Que sepan que con la misma intensidad que le pienso pedir a (José Antonio) Griñán lo que le debe a Sevilla, se lo voy a pedir a Arenas dentro de muy poco tiempo. Y si alguien tienen un problema se lo voy a resolver, independientemente de a quién haya votado. Tengo mucha ilusión con la alcaldía por la responsabilidad de no defraudar la corriente de cambio que hay en la ciudad. Hasta el último aliento hay que estar diciendo que no está nada ganado, que hay que ganarlo el día 22.
–¿Estas eleciones son un caramelo envenenado? Hay 500 ayuntamientos andaluces con dificultades para pagar nóminas y el PP tendrá que reducir plantillas...
–Creo que la gente es consciente de que está todo desfasado y lo entenderá.
–Encarna la bondad y la honestidad en la política. ¿Esos valores se han perdido?
–Si se han perdido, hay que recuperarlos. Uno traslada los valores que ha vivido, y yo a mis hijos les he transmitido que en la vida merece la pena esforzarse y luego se recogerán los frutos.
–¿Pensó alguna vez que su denuncia primigenia por irregularidades en Mercasevilla iba a desencadenar el huracán de los ERE?
–No, no me podía imaginar que había tanta corrupción, tanta desfachatez, y que habían hecho tantas golferías de esa manera tan burda en la Junta. Es verdad que lo que me llamó la atención el día que escuché la grabación –en la que dirigentes de Mercasevilla extorsionaban a dos empresarios– es el desparpajo y la soltura con la que pedían 300.000 euros. Me dije, ésta no es la primera vez que lo hacen. Pero no podía imaginarme que detrás de todas aquellas irregularidades que después vimos en los ERE podía ocultarse tanto escándalo.
–¿Qué opina sobre las trabas que la Junta está poniendo a la investigación judicial?
–Estoy convencido de que la Justicia llegará hasta el final. Lo que ocurre es que a veces llegan demasiado tarde, como ha ocurrido con las facturas falsas de la Macarena, donde todavía hay un colaborador del alcalde en busca y captura. Y me gustaría que las responsabilidades se pudieran asumir antes porque tienen mayor efecto ejemplarizante.
–Si Mercedes Alaya no hubiera asumido el caso, ¿tendría la misma profundidad mediática?
–Creo que la juez Alaya ha demostrado su competencia, pero en manos de otro también habría salido adelante. No sé si con la misma celeridad pero la verdad no hay quien la calle. Es lo mismo que ha ocurrido con el «caso Faisán», cuando cambiaron las circunstancias (con la llegada del magistrado Pablo Ruz) se destapó todo.
De cerca
–¿Reza?
–Claro, desde pequeño. Lo hago al levantarme y al acostarme. Y cuando hay un problema gordo también durante el día, y me alivia.
–¿Teme a la muerte?
–Nada. Mi padre murió con 44 años y yo tengo 54, diez más de los que vivió él, así que le llevo una ventaja.
–¿Cuántos amigos tiene en Facebook?
–Unos 7.000 en el perfil profesional.
–¿Y cuántos le quedan de la infancia?
–Todos. Necesito varias manos para contarlos.
–Elija: ser alcalde o una «Champions League» del Sevilla FC.
–Ser alcalde, por supuesto (no lo duda, pero suspira: «Una ‘Champions'...»).
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