Israel
Para Siria no hay flotilla por J A Gundín
En Siria los niños son empleados como carne de cañón por el Ejército, táctica militar que desvela la naturaleza macabra del régimen de Al Assad. La ONU calcula que de los 14.000 civiles muertos en el último año al menos mil eran críos y adolescentes. En Damasco, en Homs o en Hafa se practica una guerra sin prisioneros ni testigos. Europa ha alzado su voz horrorizada. Pero no todos los europeos parecen igual de horrorizados. Es más, sorprende el espeso silencio, como de calma chicha, que rodea a la «Flotilla de la Libertad», botada hace ahora dos años para socorrer a los niños palestinos. Desde hace meses nadie la ha avistado y en los puertos mediterráneos no se tiene noticia de que Willy Toledo esté armando otra cosa que no sea una bronca anticapitalista en algún bar de Chamberí. Parece que los niños sirios no merecen la misma atención y solidaridad que los palestinos, discriminación en cuyas causas convendría hurgar por razones higiénicas.
Para empezar, no estará de más recordar lo obvio: que el régimen de Bashar Al Assad, fundado por su padre Hafez, es un aliado natural de Hamas, a la que desde hace años financia y arma, sobre todo de morteros y misiles; además de ser la base y el santuario que los terroristas palestinos utilizan para planificar sus acciones. En coordinación con su gran aliado en la zona, el Irán de los ayatolas, el sátrapa de Damasco mantiene una pinza sobre Israel, desde el Líbano por el norte y desde Gaza por el sur. Tampoco estará de sobra recordar ahora el activo papel que jugó Al Assad en el caso de la «Flotilla de la Libertad». Acuciado por una contestación interna cada día más fuerte, el dictador vio en aquella sangrienta singladura el motivo perfecto para desviar las miradas internacionales lejos de su propia casa. Al menos durante algunas semanas logró su propósito.
De todo lo cual se deduce que si los niños sirios no merecen que una flotilla les lleve ayuda y los rescate del infierno es porque tienen la mala de suerte de que su verdugo sea Al Assad, un gran amigo de los palestinos de Hamas al que le debe mucho dinero y muchos favores. Y tal vez no sólo Hamas, a juzgar por el misterioro silencio de nuestros progres demésticos. Por cierto, en una de sus páginas web se informa de que «este año la Flotilla de la Libertad ha decidido cambiar de estrategia y diversificar sus acciones» para burlar el bloqueo israelí. Al parecer, un velero de nombre «Estelle» navegará desde Escandinavia a Gaza recalando en varios puertos europeos para reanudar la campaña contra Israel. No hay noticia de que haga escala en Siria, país que también tiene puerto en el Mediterráneo: se llama Latakia y ahora mismo está siendo bombardeado por los milicos de la dictadura.
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