Presentación

Que se aclaren

La Razón
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Da la sensación de que en el PSOE no hay manera de encontrar una línea coherente y permanente de pensamiento. Siempre que surge una polémica nos tropezamos con declaraciones públicas en un sentido y el contrario, aturdiendo a la concurrencia con opiniones casi nunca coincidentes. Ya sabemos que la discrepancia es lo normal en un sistema democrático y que en sí misma es saludable. Pero también se agradece a veces cierta uniformidad en las posiciones de un partido, más aún si se trata del partido que gobierna.

Valga lo anterior a propósito de los planteamientos dispares que se dan hoy entre los socialistas con relación a la legalización de Sortu, la nueva presunta franquicia de ETA. La aparente contundencia de Rubalcaba, Bono o Jáuregui choca con el posibilismo de Patxi López y Eguiguren, claramente favorables a que pueda concurrir como partido legal a las próximas municipales. A esa corriente se sumó ayer el ministro Caamaño, cerebro de la anterior negociación con la banda y persona proclive a creerse el nuevo discurso de los otrora batasunos. Caamaño está con López y Pastor y Eguiguren, y hasta con el «ilustre» actor Willy Toledo, que considera a Vargas Llosa un personaje «peligroso», pero entiende que los miembros de Sortu no entrañan peligro alguno. Y es que hay coincidencias que por si mismo abochornan, aunque se ve que eso les da igual a Caamaño y compañía.