El otro héroe de Solidaridad

Los tanques aplastan las vallas, car- gan inmisericordes contra los trabajadores desarmados, ignoran la cruz, el pequeño altar; ignoran a un sacerdote que, en medio del caos, comprueba con impotencia cómo la libertad no existe en Polonia, aplastada bajo el aniquilador régimen comunista. Y escucha los lamentos de unos y otros, algunos familiares, íntimos, mientras pronuncia homilías en atestadas iglesias cargadas de verdad. La historia y trágico asesinato de Popieluszko, quien pensaba que con un apellido así no podía recordarlo nadie, pero se equivocó, reclamaba a gritos una película, que no ha llegado hasta ahora porque la sombra del rencor es todavía sospechosamente alargada. Lo remedia ahora esta documentada (de hecho, intercala imágenes reales con las ficticias), épica y minuciosa producción sobre la trayectoria vital de este sacerdote (encarnado con fervor por Woronowicz) que acabó convertido en héroe casi a su pesar en los duros años 80, con las luchas obreras del sindicato Solidaridad como telón de fondo. «Hay prisiones invisibles, y en abundancia», dice este cura invencible. Pero a él no le dieron ni siquiera esa oportunidad.