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Las gaviotas de Barcelona cambian el pescado por la basura

Las incidencias por ataques y molestias de gaviotas denunciadas por los ciudadanos a la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) se han incrementado un 50 por ciento desde 2006, al pasar de las 86 registradas ese año a las 128 contabilizadas en lo que va de este ejercicio.

Las descaradas gaviotas de Barcelona
Las descaradas gaviotas de Barcelonalarazon

Fuentes de la ASPB, organismo encargado de las labores de control y seguimiento de plagas y fauna urbana, han informado de que las incidencias se suelen producir en el período de reproducción de las aves, es decir el comprendido entre los meses de abril y julio, por lo que no creen que vayan a aumentar mucho más en lo que resta de año.

En esos meses, las gaviotas, una especie que tiene un carácter "muy territorial", se vuelven más agresivas si creen que alguien puede acercarse a las zonas donde están sus nidos, realizando "vuelos intimidatorios", incluso picadas, para intentar alejar a los intrusos.

Desde la Agencia de Salud Pública se atribuye este incremento en el número de incidencias a la acción humana en áreas del litoral donde tradicionalmente las gaviotas solían anidar, lo que ha llevado a muchos ejemplares de esta especie a hacer sus nidos en zonas más urbanas, como tejados, azoteas y otros puntos elevados, entrando en "competencia"por el espacio con los barceloneses.

Además, las gaviotas, aves no típicamente urbanas, pero muy adaptables, han cambiado sus hábitos alimentarios y su dieta, basada antes casi exclusivamente en el pescado, se ha ampliado y ahora comen "casi de todo"e incluso actúan robándole la comida a otros animales.

Así, ven en el interior de las ciudades unos hábitats donde les es más fácil encontrar alimento, tanto de los residuos procedentes de la actividad humana, como atacando y devorando palomas -que han pasado a convertirse en parte de su dieta habitual- o comiéndose los restos de alguna que haya sido atropellada.

El jefe de investigación del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona, Joan Carles Senar, ha explicado que las gaviotas han cambiado sus hábitos alimenticios. "Se han especializado en comer basuras, que antes no lo hacían, y en las ciudades, sobre todo en Barcelona, comen palomas después de atacarlas entre varias", explica.

Las quejas vecinales se refieren sobre todo a los vuelos rasantes de las gaviotas que se producen cuando los barceloneses suben a las azoteas de sus casas a tender la ropa, regar plantas o salen a alguna terraza o balcón junto a los que haya podido instalar su nido, además de otras incidencias por los molestos graznidos que suelen emitir durante horas.

Los ciudadanos pueden entonces llamar a la Agencia de Salud Pública para que sus operarios se encarguen de la retirada de los pollos o los huevos, desmantelar los nidos, y evitar nuevos ataques, que sólo tienen una misión "intimidatoria".

El pasado verano hubo varias denuncias que trascendieron a los medios de comunicación de personas que vivían sobre todo en la zona más cercana al puerto y que habían sufrido ataques violentos de algunas gaviotas, que en algún caso llegaron a rasgarle la ropa.

Otro caso destacado fue el registrado en el colegio Ramon Llull de la capital catalana, donde la presencia de un grupo de estas aves llevó a la dirección a aconsejar a los alumnos más pequeños que no salieran con el bocadillo al patio del recreo para no llamar la atención de las gaviotas que sobrevolaban la zona y que en algún caso se atrevieron a arrebatar el desayuno de la mano a uno de los escolares.

El descaro de estas aves para hacerse con los desperdicios o robar comida es más evidente en su hábitat natural, en la zona de playas de Barcelona, sobre todo en las horas en que los arenales comienzan a desalojarse por la tarde, aunque muchas no tienen problemas en aterrizar en las horas centrales del día cuando ven brillar el aluminio del envoltorio del bocadillo.