Conflictos laborales

La huelga de metro empaña la Mercè

Los empleados de TMB lanzan huevos e increpan a las autoridades al acabar la misa

Trabajadores del metro protestan a las puertas de la basílica de la Mercè donde políticos, autoridades y sociedad civil asistieron a la misa en honor la patrona de Barcelona
Trabajadores del metro protestan a las puertas de la basílica de la Mercè donde políticos, autoridades y sociedad civil asistieron a la misa en honor la patrona de Barcelonalarazon

BARCELONA- Numerosos trabajadores del metro de Barcelona imprimieron ayer su propia huella en el último día de las fiestas de la patrona de Barcelona, la Mercè. Por un lado, dejaron el servicio suburbano bajo mínimos y, por otro, protagonizaron una sonora protesta que hizo en ocasiones inaudible la ceremonia religiosa que tuvo lugar por la mañana en la basílica de la Mercè.

Desde las 4.00 horas y hasta medianoche, sólo circuló uno de cada tres trenes de metro dada la huelga convocada por los empleados de Transports Metropolitants de Barcelona. Afortunadamente, no hubo graves incidentes. Los servicios mínimos decretados por el Ayuntamiento de Barcelona y los innumerables avisos y consejos de la administración municipal a la ciudadanía permitieron un final de fiestas empañado pero cívico. Barceloneses y turistas supieron esperar estoicamente en los andenes del metro o se organizaron una jornada a pie por la ciudad. De hecho, en previsión, el Consistorio distribuyó los servicios mínimos teniendo en cuenta momentos críticos en la movilidad. Así, de madrugada el parque del Fórum pudo desalojarse con tranquilidad. El piromusical, el espectáculo pirotécnico con música y color organizado en la Font de Montjuïc, pudo convertirse, también, en una ratonera por la falta de convoyes que permitiera evacuar la zona con agilidad, pero, una vez más, el comportamiento de los barceloneses fue ejemplar.

Una actitud que, lamentablemente, no puede atribuirse a los trabajadores del suburbano barcelonés. Y es que, además de dificultar el fin de fiesta, quisieron hacer oír su voz y dejar claro su malestar en varias concentraciones y con métodos nada desdeñables.

Huevos y arroz
Tras la homilía en honor a la Mercè, una lluvia de huevos, arroz y bolas de papel cayó sobre las autoridades que asistieron al acto, con el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, a la cabeza, aunque ninguno fue agredido. Los trabajadores, al grito de «bon cop de falç als retalladors», reclamaron la readmisión de Andreu de Cabo, un trabajador de los autobuses públicos despedido por TMB hace cuatro meses. Asimismo, protestaron ferozmente contra el recorte salarial impuesto por decreto por el Gobierno.

Tras el espectáculo en la plaza de la Mercè, los manifestantes marcharon hasta la plaza Cataluña por las Ramblas. Ya de noche, los empleados se dieron cita en plaza Universitat donde, de nuevo, protestaron ruidosamente. Además, un grupo bloqueo la circulación de los trenes durante 25 minutos de la línea 3 al paralizar un convoy en Drassanes.