Estreno

«Silencio de hielo»: A años luz de Haneke

Dirección y guión: Baran bo Oder, según la novela de Jan Costin Wagner. Intérpretes: Ulrich Thomsen, Wotan Wilke Möhring, Sebastian Blomberg.Alemania, 2010 Duración: 118 minutos. Thriller

Lo mejor: en sus breves y perturbadoras apariciones, Ulrich Thomsen consigue helarnos la sangre
Lo mejor: en sus breves y perturbadoras apariciones, Ulrich Thomsen consigue helarnos la sangrelarazon

Si «Silencio de hielo» hubiera sabido centrarse en su parte más sórdida –la relación de complicidad, diríamos que romántica, entre un asesino pederasta y su alumno más aventajado– podría haber sido una gran película. A Baran bo Odar, sin embargo, le interesa más el radio de alcance de la perversión, todos los resortes narrativos que pone en marcha. La disfuncionalidad, el fracaso, la rabia y el engaño son los rasgos comunes a un enjambre de personajes que sobrevuela, como esa cámara cenital que recorre decenas de veces el escenario del crimen, la culpa más corrosiva.
Nos interesa saber más de la cotidianeidad de ese encargado de mantenimiento que tiene decenas de cuadernos llenos de notas absurdas, que vive en el mismo piso decorado como hace veinte años y que conversa amigablemente con los vecinos que compartir erráticamente el duelo de un policía que acaba de perder a su mujer o la crisis de una pareja que no sabe si puede dar por enterrada a su hija. Probablemente le estamos pidiendo a «Silencio de hielo», poco más que un episodio de «Wallander» bien rodado, que sea lo que no quiere ser, una película de Haneke. Por pedir que no quede: los efectos colaterales de la pederastia son mucho más obvios que lo que ocurre en el corazón de quien viola y mata cuando encuentra a su alma gemela.