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Castigo insuficiente al PSOE
> El PP-A asegura que Arenas seguirá en el Parlamento> Griñán abre la negociación con IU en Andalucía> Cascos asegura que Foro y PP estaban condenados a entenderseAnálisis: «Hay un camino a la derecha», por Carmen Gurruchaga: «¡Qué escándalo!», por Carlos Rodríguez Braun; «Cascos tiene que pactar», por Fernando de Haro; «Como Fernando Alonso», por Pepe BouzaConsulte todos los resultados electorales de Andalucía y Asturias
SEVILLA- «No quiero la gloria de la victoria, sino el gobierno», ha repetido en los últimos meses Javier Arenas en casi cada intervención pública. La primera, el triunfo por primera vez en la historia en unas elecciones autonómicas, ya la tiene; la opción de convertirse en presidente de la Junta de Andalucía se antoja más complicada, toda vez que un pacto entre PSOE e IULV-CA impediría un Gobierno popular.
El PP ganó las elecciones por un puñado de votos, 43.000 con el 97 por ciento del escrutinio. Un punto de diferencia con respecto al PSOE. Esa ventaja se tradujo en 50 diputados, cinco menos de los 55 necesarios para la mayoría absoluta. El respaldo al PP fue similar al que tuvo en 2008. Con el 99 por ciento escrutado, casi 1.550.000 votos. En las últimas elecciones alcanzó un 1.730.000. Ha perdido casi 170.000.
El castigo sufrido por el PSOE no ha sido suficiente para las aspiraciones del PP. Ni la crisis económica, ni las cifras récord de paro ni el escándalo de los ERE fraudulentos han pasado la esperada factura entre los electores andaluces. El desplome socialista ha sido importante, pero no trascendental: se ha quedado en 47 diputados, nueve menos que en 2008. No es su peor resultado de la historia. En 1994, el PSOE se quedó en 45 diputados pese a ser la fuerza más votada. Chaves gobernó en minoría y a los dos años convocó elecciones anticipadas para continuar con el poder. Aún así, Griñán ha perdido casi 700.000 votos, una sangría que no debe pasar desapercibida (de 2.178.296 en 2008 a poco más de 1.500.000).
El descontento con el PSOE lo aprovechó IULV-CA. Los izquierdistas han sido los grandes beneficiados de estas elecciones. Han duplicado su representación parlamentaria, pasando de los 6 escaños que tenían a 12. El próximo Gobierno de la Junta de Andalucía será el que ellos decidan. O dejar gobernar a Arenas en minoría, repitiendo el episodio de Extremadura –hay un grupo que lo prefiere–, o entrar a formar parte de un Ejecutivo presidido por Griñán. El futuro de la región con más población de España depende de ellos.
La noche electoral demostró el fracaso de las encuestas. Todas se equivocaron. Los sondeos otorgaban una amplia mayoría al PP, que los resultados desmintieron. En ningún momento hubo opciones. Tampoco ha entrado ninguna otra formación en la Cámara andaluza. Ni UPyD ni el Partido Andalucista han obtenido representación.
Los resultados provinciales no han sido los esperados por el PP. Los cálculos pasaban por sumar al menos un diputado por cada una de las ocho provincias para pasar de los 47 diputados a los 55 necesarios. No ha sido así. En Sevilla, por ejemplo, ganó uno, pero el PSOE ha seguido siendo la lista más votada y obtuvo 9 por 7 de la formación de Arenas. Ni en Granada ni en Córdoba se produjo esa ventaja del PP, pese a que desde las últimas elecciones municipales gobiernan en ambas Diputaciones Provinciales. En Almería, territorio franco del PP, ha mantenido los 7 escaños que ya tenía pero el que ha perdido el PSOE lo ha ganado IU.
La abstención, diez puntos más que en 2008 (37,78%), no fue determinante para el resultado final.
Andalucía en la encrucijada; por Lorente Ferrer / Sociólogo
La jornada electoral concluye con la abstención de cuatro de cada diez ciudadanos. La abstención ha perjudicado las expectativas de obtener la mayoría absoluta de los populares. La participación ha sido tan solo del 60.8 por ciento del total del censo, insuficiente para que el cambio tuviera la fuerza necesaria; aunque el PP ha ganado sus primeras elecciones autonómicas se ha quedado a cinco escaños de la mayoría absoluta.
El 17 por ciento de los votantes populares de las elecciones de 2008 se ha abstenido en esta ocasión, son trescientos mil votantes que se han bajado del carro de Arenas. En el caso del PSOE el 18 por ciento de sus antiguos votantes se ha abstenido, lo que representa a casi cuatrocientos mil votantes. Los populares conservan al 79% de sus electores de 2008, mientras que los socialistas solo al 66%. Otro partido que ha sufrido la abstención es el Partido Andalucista: el 28% de sus anteriores votantes ha decido no participar en esta jornada. Todo lo contrario ha sucedido con IU y UPyD, que han visto crecer varios puntos sus respectivos porcentajes de voto, aunque en el caso del partido de Rosa Díez sus 118.000 votos no se han traducido en escaños.
Nos encontramos ante unos de los peores escenarios posibles; ni PP ni PSOE tienen la fuerza suficiente por separado para asegurar la gobernabilidad de Andalucía, situación semejante a la que se da en Extremadura, también con IU de árbitro.
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