España
Estado de caos
Lo ocurrido este fin de semana en España, ha traspasado todas las líneas rojas posibles. La huelga salvaje e injustificada de los controladores aéreos ha dejado al descubierto el deterioro de la situación política que estamos viviendo y las muchas deficiencias que tiene nuestra democracia.
Vaya por delante que una huelga salvaje como la sufrida no tiene hueco en una democracia homologada. Además, hay que decir que el Gobierno ha actuado correctamente al decretar el estado de alarma por primera vez en treinta y dos años. La cuestión que ahora hay que clarificar son los motivos por los que hemos llegado a una crisis de estas características. Cuando un Gobierno tiene que decretar el estado de alarma, que es una situación límite, antes se han tenido que cometer muchísimos errores. Antes se ha tenido que caer en un permanente desgobierno. En un estado de caos.
Cuando un colectivo, sea el que sea, es capaz de permitirse el lujo de echar un pulso al Gobierno y a la ley es que estamos en clara descomposición. Vuelvo a repetir, nada que justificar a los controladores. La huelga en democracia tiene un reglamento que hay que cuidar milimétricamente; pero ¡ojo! ese descaro no nos puede hacer perder de vista que, antes de ello, el Ejecutivo ha dado una imagen de caos interno, de tal falta de pulso político que está abriendo la puerta para la rebelión y el descontento social.
El Gobierno se lo tiene que hacer mirar. Su capacidad de gestión política y de liderazgo es nulo. La imagen que España está ofreciendo en el mundo, en plena crisis económica, es deplorable; la falta de autoridad del presidente es total. ¿Dónde estaba Rodríguez Zapatero el pasado sábado? La primera vez que en democracia se decreta el estado de alarma y fue incapaz de dar la cara. El sábado el presidente era quién tenía que haber anunciado esa alarma nacional. Pérez Rubalcaba puede ser su escudero, pero en estas ocasiones de gravedad máxima el presidente no se puede esconder detrás de nadie. No puede quitarse de en medio en la situación institucional más complicada desde el 23-F.
Zapatero desaparecido y el Gobierno despejando balones fuera. Sinceramente el momento es de tal envergadura que no estamos para valorar declaraciones y más declaraciones. ¡Ya está bien de circos mediáticos!. Lo único que queremos los ciudadanos es un Gobierno que gobierne y una clase política que sepa resolver los problemas. Por ejemplo, ¿no será el momento de hacer una ley de huelga en condiciones? ¿No hay nadie que se preocupe por un país que, para solucionar los problemas, tiene que llenar de militares los aeropuertos? ¿Nadie se escandaliza por ver como en plena crisis económica miles de ciudadanos pierden el poco dinero que pueden ahorrar para unas vacaciones? ¿Quién va a ayudar a los comerciantes, hosteleros, restauradores o compañías aéreas que han perdido dinero sin límite en este fin de semana nefasto?
España en estado de alarma. Estamos en estado crítico.
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