Cristiano por encima de todo

 El técnico portugués está muy satisfecho del trabajo de su compatriota, que pelea por el trofeo «Pichichi» y por la consideración de mejor jugador del mundo con Leo Messi.
«Mou» está encantado con Cristiano como futbolista y como persona. «Es un placer conocerlo, vivir con él el día a día», asegura. «Es una pena que pocos tengan la posibilidad de conocerlo verdaderamente. Es un chico espectacular», añade. El técnico madridista agradece la labor de Alex Ferguson en su formación y no se quita méritos por el nivel alcanzado por el «7» madridista. «Tiene la nobleza propia de la educación de sir Alex», afirma. «Es un jugador que da espectáculo al fútbol español todas las semanas y tiene un entrenador que no lo protege, que no escoge los partidos para ponerlo».

Cristiano es lo mejor que se ha encontrado en Madrid, pero a Mourinho le queda un asunto pendiente con su club, que no le dio permiso para ser seleccionador portugués de manera provisional. «La gran frustración de este año fue no poder dirigir a Portugal contra Dinamarca e Islandia», asegura. «Estoy convencido de que nunca seré entrenador de selecciones por mentalidad, por personalidad», reconoce. «No soy un entrenador de despacho, de ver partidos, soy de entrenar todos los días y jugar tres veces por semana, pero en aquel momento me mentalicé, me convencí. Y acepté». El Madrid no le permitió asumir el cargo que había dejado vacante Carlos Queiroz y Paulo Bento se convirtió en seleccionador portugués, primero de forma provisional y después de forma definitiva.

«Después me di cuenta de que no era una situación cómoda para el Real Madrid. Tenía que viajar mucho, volvía el jueves para preparar el partido contra el Málaga y, si perdíamos, aunque en Madrid no tenía jugadores a los que entrenar, iban a decir que era por eso», reconoce. «Para mí era un desafío grande, pero era una decisión que el Madrid tenía que tomar», asevera.

Otra de sus frustraciones ha sido la goleada recibida en el Camp Nou, el peor momento del año para el preparador portugués. «Había futbolistas que se estrenaban en un partido de esa dimensión. Para el Khedira del Stuttgart, el Özil del Werder Bremen o el Di María del Benfica el concepto de clásico era muy diferente, no se compara con el peso y la importancia social de un Barça-Madrid. Y todos son jugadores de 21 o 22 años», afirma. «Pero el partido que hizo el Barcelona es de esos que suceden una vez en la vida. Si dura cinco o diez minutos más nos podían haber metido seis o siete goles».

Precisamente Di María, uno de los más «impresionables» por un estadio como el Camp Nou, es una de las agradables sorpresas que se ha encontrado «Mou». «Ha logrado lo más difícil, ganarse al Bernabéu», a pesar de que muchos a su llegada desconfiaran por su juventud y por su elevado precio.