Sin recuerdos

Tuvieron que salir corriendo el pasado sábado por la noche, cuando las grietas amenazaron con partir en dos sus viviendas. La ropa sigue tendida en las ventanas, un canario en el tercer piso y muchas luces encendidas. Prácticamente con «una mano delante de la otra» han sido realojados por el Ayuntamiento de Villalba, sin embargo, el futuro no puede ser más incierto para los 16 inquilinos de los bloques 17 y 19 de la calle Maestro Serrano del municipio. Los informes técnicos realizados por los servicios técnicos municipales como por diversas empresas privadas no han dado tregua a los vecinos, ya que han determinado que es peligroso entrar en las viviendas. De poco les sirvió que el Ayuntamiento se comprometiera ayer a hacerse cargo de la gestión de la demolición y del coste de la misma aunque sólo será por adelantado, ya que el alcalde, José Pablo González, no descartó reclamar a las compañías de seguros o a los propietarios el coste de la intervención. Para los vecinos, el problema está en el piso de abajo, «de ahí viene todo». Pero la causa que apuntan los estudios realizados hasta el momento en las viviendas es «el agotamiento de los materiales» del edificio, construido en el año 1974, según explicó ayer el primer edil, al tiempo que justificó la demolición inmediata –este sábado– con la necesidad de «primar la seguridad por encima de otras consideraciones». Los informes ni siquiera permiten un apuntalamiento de vigas para que al menos los bomberos puedan recoger las pertenencias de los propietarios e inquilinos de inmueble afectado. «Ahora se inicia un camino que es muy largo y que si no hay incidentes, tras la demolición, terminará con la construcción de un nuevo edificio», afirmó ayer González, tras lo que apuntó que de ello deberá hacerse cargo la compañía de seguros.