África

Combates

Cazas franceses destruyen varios blindados de Gadafi en Ras Lanuf

Con fiereza desesperada, los rebeldes se defendieron ayer para repeler el avance de las tropas gadafistas hacia Ajdabiya.

Un insurgente libio reza junto a los restos de un tanque destruído en las proximidades de Ajdabiya, Libia
Un insurgente libio reza junto a los restos de un tanque destruído en las proximidades de Ajdabiya, Libialarazon

BENGASI-Los combates se reanudaron por la mañana en torno a la localidad petrolera de Brega, donde los rebeldes aseguraron haber recuperado la ciudad, pero la lucha continuó en las calles. Los leales gadafistas se enfrentaron con disparos de artillería al ejército rebelde, que había recuperado la Universidad del Petróleo. Un general rebelde informó a LA RAZÓN que habían encontrado a «medio centenar de mercenarios africanos ejecutados a las puertas del hospital de Brega». Según la fuente rebelde, los soldados subsaharianos fueron asesinados por los mismos militares gadafistas cuando intentaban escapar de los rebeldes, que los habían rodeado. El coronel Gadafi ha cambiado de táctica ofensiva, situando en el frente de batalla a los mercenarios y manteniendo en la retaguardia a las tropas gubernamentales.
Mientras, patrullas francesas destruyeron ayer varios vehículos blindados del Ejército libio en la región de Ras Lanuf, según el Estado Mayor de la Defensa francesa. La operación estuvo integrada por una patrulla Rafale del Ejército del Aire, dos patrullas mixtas Mirage 2000D y F1CR y dos patrullas mixtas Rafale de la Marina y Super-Etendard.
La mayoría de las incursiones de la OTAN fueron vuelos de reconocimiento para controlar que la situación permanece bajo control, ahora que los combates han disminuido en el este.
En el oeste Gadafi ha lanzado nuevos ataques en la zona montañosa al suroeste de Trípoli, en la localidad de Yafran, así como en Zintan, que lleva bajo asedio desde hace varios días y está siendo bombardeada con artillería pesada. Por primera vez ayer, las fuerzas gubernamentales atacaron la ciudad de Kikla, donde los habitantes no dispondrían prácticamente de armas para defenderse.