Ministerio de Justicia
La verdadera defensa por Pilar Ferrer
El espectáculo que algunos prebostes de la izquierda radical están dando tras la sentencia contra Baltasar Garzón es inadmisible en un sistema democrático. Juristas de reconocida solvencia, incluso del ala más progresista de Jueces para la Democracia, coinciden en que el veredicto del Supremo es impecable, plenamente ajustado a derecho. Nunca una Sala del Alto Tribunal había sido tan unánime. Siete hombres de veteranía y prestigio ante un procesado que se creyó invulnerable, por encima de todo y de todos. Hasta de la Ley.
Así, resulta muy necesaria la advertencia de la vicepresidenta del Gobierno sobre una seria reflexión al respecto. Una cosa es la legítima discrepancia y otra diferente la falta de respeto, desatada, hacia las Instituciones. Ello, como ha subrayado Soraya Sáenz de Santamaría, daña la imagen de España en el exterior y contribuye a su descrédito. Por eso, no se entiende la irresponsabilidad del PSOE al sumarse al carro de los ataques al Supremo. Las declaraciones de su portavoz de Justicia, Julio Villarrubia, no son de recibo en un partido que ha sido Gobierno y hoy es el primero en la oposición.
Más allá de los sentimientos enconados que suscita un personaje como Garzón, nadie puede negar que fue juzgado con todas las garantías. Los siete magistrados han decidido con rigor sobre las pruebas practicadas y el más grande derecho de un ciudadano: su legítima defensa. Baltasar Garzón lo ha podido ejercer, aunque intentó quebrarlo a otros. Ahora, los siete juzgadores, impecables e implacables, también tienen su derecho de defensa. En verdad, y en nombre de la Justicia.
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