Lorca
Michelle zambra Lorca y remojón
La primera dama disfrutó junto a su hija del Sacromonte, la Alhambra y los platos típicos durante su visita a Granada
De la capilla al «tablao». De la Catedral y la Capilla Real, con las tumbas de los Reyes Católicos, al Sacromonte por soleás, con palmas y versos de García Lorca. Michelle Obama visitó Granada. Y no se dejó un tópico atrás. Desde el flamenco hasta los vestigios del reino nazarí. No salió temprano, con la primera hora para evitar el calor, como los demás andaluces. Salió en coche, escoltada, bajo la vigilancia de un helicóptero y alrededor de las doce, más o menos que es cuando la gente por aquí se entierra en casa para evitar el sol o bajan a tomar el aperitivo. Llegó, lo primero, a la Catedral, con fachada de Alonso Cano. Allí se interesó por nuestra historia, como el hispanista John Elliott, y en especial por la Reina Isabel, que, según dicen, es muy conocida en EE UU. «Ha hecho una valoración muy importante de nuestro patrimonio artístico», ha comentado Manuel Reyes, el capellán mayor. «Su hija Sasha es simpatiquísima», insistió también Reyes después. Antes de esta visita apuraron unos minutos para aproximarse a la heladería más antigua de la ciudad para contrarrestar los 40 grados a capón que caían sobre la ciudad. Allí, después de algunos malentendidos de esos que se sobrellevan con humor (los propietarios de la heladería no estaban familiarizados con lo del inglés), resolvieron la coyuntura con un sabor de los de salir por la calle en medio: chocolate. La hija se inclinó por uno de más compleja pronunciación: straciatella.
El Sacromonte les aguardaba pasadas las cuatro y media de la tarde. En la cueva La Rocío lo tenían claro desde el princpio. El recitador, que desgranaría a Lorca; el bailaor, que la sacaría a bailar; y alguien de por ahí que afirmaba, que por supuesto que bailarían las dos: «Como toda la gente de color tiene mucho ritmo». Fue dicho y hecho. El bailaor Juan Andrés Maya y su familia representaron una zambra con poema de Federico García Lorca al que prestaba voz Curro Albaicín. Como Bill Clinton, que también pasó en sus días por allí.
Michelle, como las mejores, no lo pudo resistir y se arrancó. Llegó con las manos listas para las palmas. Le dio al baile, junto a su hija y unos amigos, y acompañó con ritmo al capitán del espectáculo, Maya. No acababó ahí su visita. Había rechazado obsequios con anterioridad, pero lo del abanico y las mantillas, casi era de obligación aceptarlas. Y no sólo eso, se comprometió a lucirlas en alguna ocasión, pero concretó cuál, eso sí. Alguien la invitó a volver, pero con su marido: «Como no me acordaba como se llamaba él, claro, le decía ‘‘mojama''».
Palacios nazarís
La primera dama se fue encantada con lo autóctono y la hija, como sus amigas, también, sobre todo la del «cumpleaños» al que le cantaron el tradicional «Japi Bezdei». Lo siguiente era un refrigerio para continuar con fuerzas los jalones granadinos que todavía les esperaban. Y encontraron lugar apropiado en el Parador Nacional de Turismo, que siempre es muy socorrido y, además, en tiempos, era un antiguo palacio de la dinastía nazarí que se mandó reconstruir y que con los siglos se ha convertido en lo que es, un hotel. Cenaron ahí, muy temprano, como mandan los hábitos americanos. Les recomendaron los productos obligados, los que se preparan en los fogones de Granada: remojón granadino y quisquillas de Motril.
Para el final, lo mejor. La Alhambra de Granada con el Generalife y la puesta de sol que es lo que atrae a más de uno, más allá de los jardínes, el Salón de Comares y el Patio de los Arrayanes. El palacio fortaleza es patrimonio de la Humanidad. La visita comenzó a las 20:00 horas y se dividió en dos grupos. El primero, para los adultos, con Michelle; y el segundo, con Sasha y sus amigos. La primera dama y la hija del presidente de EE UU disfrutaron de las salas decoradas con mocárabes, bellas yeserías y zócalos decorados con azulejos de diferentes colores. Una de las paradas obligatorias es el Patio de los Leones. De hecho, Michelle y su hija pudieron contemplar a los leones de la fuente más famosa del complejo palaciego, que acaban de ser restaurados después de un largo trabajo, y que se acaban de presentar de nuevo al público.
¿Estará Barack en Marbella?
La Casa Blanca desmintió anoche, a última hora, a través de su Embajada en España, el «rumor que todo el mundo había oído» a lo largo del día de ayer. «Barack Obama tiene previsto viajar a España el viernes por la tarde», osea hoy mismo, decía a La Razón una fuente desde EE UU. Sin embargo, desde Washington, un portavoz negaba rotundamente esa posibilidad. Antes, la Casa Real española se limitó a confirmar el almuerzo previsto con Michelle Obama en Mallorca pero insistió en «no tener ninguna confirmación» de la llegada del presidente. Entre tanto, la fuente consultada defendía su información: «Obama estará en España para la gala benéfica de Starlite». Y explicaba que su presencia en Marbella se debe al mismo «lobby» que obtuvo la Medalla del Congreso para Aznar y que opera en España desde los tiempos de Felipe González.
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