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Estanque de tormentas por Ángel del Río

La Razón
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Aunque suene a poesía, a otra cosa, un estanque de tormentas es un lugar donde se almacena el agua de lluvia. Los primeros estanques de tormentas en Madrid se construyeron durante la etapa de Ana Botella en Medio Ambiente. Ahora, como alcaldesa, les ha pedido a los Magos de Oriente que le dejen un estanque de tormentas, para recoger las precipitaciones, las tempestades urbanas y los aguaceros de la deuda, un estanque donde se embalsen los problemas y se remansen los impactos. La pasada noche, los Reyes habrán dejado en el Palacio de Cibeles incienso, oro y mirra. Incienso para perfumar el aire plomizo y hacerlo más respirable; oro, para pagar lo que se debe, mantener los gastos corrientes y poco más; y mirra, que es una resina aromática anestésica, ahora podría emplearse para adormecer a algunos controladores del aparcamiento público, muy despiertos para sacar talonario al minuto de cumplirse la hora del boleto, y sin embargo no se les ve a la hora de la comida en los alrededores de los restaurantes de lujo. Dicen que Melchor le dijo ayer a Baltasar si no se habrían confundido de destino al ser recibidos, porque en vez de encontrarse con un señor de cejas pobladas y nevadas, se encontraron con una señora a la que hubieron de rendir honores de alcaldesa. Gaspar tuvo la sensación de que estaban viviendo la última cabalgata-circo, porque con los cambios en la delegación de las Artes, quizá el año que viene volverán a la tradicional y económica de toda la vida. Sueños de una Noche de Reyes.