Un «Dúo de La Africana» de cámara

La tiple, Antonelli, está casada con el director, Querubini, pero tiene un enredo con el tenor, Giuseppini. Ella es de Sevilla, él, baturro, como dejan bien claro en un número famoso, mientras la compañía ensaya «La Africana» de Meyerbeer. La zarzuela tiene en «El dúo de la Africana», con música de Fernández Caballero y libreto de Echegaray, uno de sus mejores y más divertidos hallazgos, un juguete cómico y muy teatral que retrata a las gentes de la lírica con cariño. Tiene números musicales que son ya clásicos y ese encanto del teatro dentro del teatro que tantos equívocos permite. Al Canal llega esta producción «de cámara» del Teatro Arriaga, con dirección escénica de Emilio Sagi, un único piano en lugar de la orquesta, un coro y dos solistas, Mariola Cantarero y Javier Tomé. De la adaptación y dirección musical se encarga Rubén Fernández Aguirre. Con Sagi de viaje –presenta «Carmen» en Chile– el escenógrafo Daniel Bianco defiende esta producción: «Todos teníamos en el recuerdo el montaje de José Luis Alonso, pero esta idea surgió porque íbamos a hacerlo en una sala pequeña, la BBK de Bilbao, y pensamos en hacerlo a piano», asegura. Y añade Cantarero que se encuentra «comodísima»: «Es un fomato pequeño, íntimo, cercano a la gente, y también otra visión artística de lo que se puede hacer con un foso de por medio».