Ciclismo

Turín

La carrera más dura de Contador

Seis finales en alto y una última semana monstruosa con la peligrosa bajada del Crostis esperan a Alberto. Menchov, Nibali y Scarponi, rivales

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VITORIA- Tres Tours, un Giro y una Vuelta a España encabezan un palmarés brillante, orondo al tacto y pesado a la sujeción. Es el de Alberto Contador, 17 vueltas por etapas entre las tres grandes y las de una semana suma el madrileño. Experiencia y sabiduría acumuladas. Y, sin embargo, hay algo en este Giro que le impresiona. A él, que casi todo lo ha visto. A él, que todo lo ha vivido. La victoria, el cielo personificado en un jersey amarillo francés encuadrando la postal de los Campos Elíseos parisinos. Ahora, enfrentado a la Unión Ciclista Internacional en los tribunales del TAS por su positivo por clembuterol. Nada le impresiona ya en esa herida que se abre junto a las 70 grapas que le cruzan el cráneo como testigo para luchar contra el olvido de sus orígenes. «Ahora ya no soy tan ingenuo». Ya no cree en nada Contador. No deja lugar al asombro.
Cosas de abogados, pues, la defensa que preparan sus representantes para salir tan limpio como asegura haber estado siempre del Tribunal de Arbitraje Deportivo. Mientras tanto, Contador se sube a la bicicleta para hacer lo que mejor sabe. Ganar. Así, favorito, lo sabe él y lo saben todos, centro de toda atención, viaja a Turín. Vestido del azul turquesa del Saxo Bank que le arropa y que espera cambiar a finales de mes por el rosa. El camino para lograrlo impresiona a Contador, el hombre desengañado, y no es para menos. Seis finales en alto para un terrorífico Giro de Italia que concentra toda su dureza en la última semana. Ni un día de respiro habrá desde que los ciclistas visiten Austria para subir el Grossglockner en la decimotercera etapa hasta la contrarreloj final en Milán. Tan monstruoso como hermoso. Tan agónico como espectacular.
Culpa de todo la tiene Angelo Zomegnan, el director del Giro, y su filosofía. El espectáculo es sinónimo para Zomegnan de ciclistas, héroes sencillos de la calle que se retuercen sobre sus bicicletas hasta casi morir. Hasta ver en ilusiones propias del delirio la otra vida que espera. El Etna, la Marmolada, el Fedaia, el Passo Giau bien podrían ser las visiones como anticipo. El Zoncolán, techo de la decimocuarta etapa con el paso por el Crostis, 14 kilómetros al 10,1% de desnivel medio y rampas del 18 con un descenso suicida. «Da miedo», dijo Contador cuando fue a inspeccionarlo hace dos semanas. «Es la carrera más dura que he corrido nunca», dice sin dudar, con la maleta ya cerrada, arrastrándola por el aeropuerto camino de Milán. Le guarda Contador un espacio a la «maglia rosa» para su regreso.
Pero no lo tendrá fácil el madrileño, no sólo por las paredes que conforman este Giro de Italia. También por los rivales pues, a excepción de los hermanos Schleck, Samuel Sánchez y Robert Gesink, todos los grandes nombres del pelotón mundial se citarán este sábado en Turín, buena parte de ellos españoles. Joaquim Rodríguez, Carlos Sastre, con la mente puesta más en triunfos de etapa para dejar a Menchov el liderazgo del potente Geox, Igor Anton y David Arroyo forman el grupo de rivales sobre los que se escriben los nombres de Vincenzo Nibali y Michele Scarponi. Ellos dos y Menchov serán sus rivales. «Estoy deseando empezar». Desenfunda el arma el pistolero de Pinto.