Artistas
El Brujo acusa a Cultura de contratos «abusivos»
El acuerdo le impide representar en la capital «El evangelio de San Juan».
Anda El Brujo preocupado por una cláusula de un contrato que firmó en abril de 2009 con el Inaem. Gracias a él estrenó en el Festival de Mérida «El evangelio de San Juan» y permaneció cinco semanas el pasado otoño en el María Guerrero, sede principal del Centro Dramático Nacional.
También gracias al documento ha tenido que pagar 300 euros por función a Cultura cada vez que lo ha representado en gira y ahora se le avisa desde el Ministerio de que si estrena en Madrid debe atenerse a las consecuencias. La claúsula en cuestión es la 3.2: «La empresa no podrá contratar representaciones de la producción referida en ningún teatro de Madrid capital, durante la vigencia del convenio».
El 25% del coste
¿Y cuánto es eso? según la claúsula décimo sexta: «El presente convenio permanecerá vigente desde el mismo día de su firma y mientras la producción objeto del mismo, "El evangelio de San Juan", siga en explotación por alguna de las partes implicadas». O sea, siempre. Según el abogado contratado por el artista, las claúsulas podrían no atenerse a derecho.
Él opina que son «abusivas y leoninas», y, sobre todo, que van contra el primer mandamiento del departamento: difundir la Cultura española, pues se impide a un autor mostrar su obra en la capital. «No es lógico que un espectáculo que llena cinco semanas en el María Guerrero, no pueda estrenarse en otro teatro de Madrid».
El actor asegura que con su gira pagará la inversión que se hizo del dinero público en el espectáculo, pues el CDN sólo invirtió un 25% del coste total y tan sólo le pagó el caché durante el tiempo que estuvo representando en el escenario madrileño, mientras el CDN ingresaba toda la taquilla.
El Brujo ha intentado negociar estas cláusulas tanto con Félix Palomero, director general del Inaem, como con la ministra de Cultura, pero no ha sido recibido por ninguno de los dos. Confía aún en someterse a un arbitraje y que le acaben dando la razón. El intérprete, célebre por su versión de «El Lazarillo», estrenará de todas maneras el espectáculo en el Infanta Isabel el próximo jueves con grandes modificaciones para que no se considere exactamente lo mismo.
Quiere hacer público el caso porque, más allá de que lleguen a un acuerdo, quiere evitar que se sigan firmando con otras compañías en el futuro y que el departamento «dejé de blindar a los teatros públicos con un aura de prestigio para diferenciarlos de los privados, porque esto me parece corrosivo».
El agravio del cine
«¿Qué es el María Guerrero, una empresa de producción privada que gana dinero a costa de mi para dárselo a «Torrente? Porque el cine está subvencionado en función de lo que vende», declara enérgico el andaluz. Efectivamente, mientras las ayudas a la amortización de las películas aumentan cuantos más espectadores las ven, las producciones teatrales coproducidas por centros escénicos públicos pagan un canon a Cultura cada vez que se reprensentan en gira.
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