Trípoli
Gadafi combate por el petróleo
Los rebeldes aseguran que han rechazado el ataque sobre los pozos de Brega. Nuevo Gobierno en el este
BENGASI- Las fuerzas del coronel Muamar Gadafi atacaron ayer por tierra y por aire la frontera del este liberado, alcanzando la ciudad más occidental, en manos de los rebeldes. Vehículos militares asaltaron la localidad petrolífera de Brega a primera hora de ayer y posteriormente aviones bombardearon las afueras de la ciudad sin provocar víctimas.
Fuentes rebeldes en Bengasi aseguraron a LA RAZÓN que catorce personas murieron en Brega en el ataque gubernamental, que los rebeldes habrían conseguido repeler a última hora de ayer después de una jornada de duros enfrentamientos con armas pesadas. Brega recibió refuerzos desde Aydabia, a menos de 100 kilómetros de distancia, que ayer fue objetivo de los aviones de Gadafi por segunda vez y constituye el último núcleo sobre el que los rebeldes habían asegurado su dominio.
El control de ambas localidades es fundamental para la oposición, que había ganado y reforzado sus posiciones hacia el oeste, en el camino que lleva a Trípoli. El contraataque de ayer por parte de Gadafi representa un retroceso más psicológico que estratégico, ya que el este liberado vuelve a sentirse vulnerable: «La situación está empeorando», dice un joven voluntario que se encarga de la seguridad en Bengasi, «ya las cosas no parecen tan claras y seguras». Pero en las calles, los revolucionarios siguen confiando en sus posibilidades y están dispuestos a luchar hasta el final, con los limitados medios de los que disponen. En Bengasi, desde que empezaron a llegar noticias del ataque contra Brega a media mañana, cientos de hombres empezaron a ofrecerse para ir hasta allí, aunque las autoridades pidieron mantener la calma y no tomar ninguna iniciativa de forma espontánea e individual.
Los responsables rebeldes reconocen que es necesaria una organización y una estrategia, así como medios adecuados, para hacer frente a un ataque armado, y no sólo buena voluntad y esperanza. Aunque los habitantes de Bengasi aseguran que seguirán desafiando a Gadafi sólo con sus cuerpos, como lo han hecho hasta ahora, las autoridades revolucionarias saben que necesitan algo más: su respuesta ha sido crear un Consejo Nacional rebelde, que pretende representar a toda Libia y marginar al régimen del coronel, ahogándole políticamente, ya que militarmente resulta imposible. El líder de la «Libia libre» será finalmente el ex ministro de Justicia de Gadafi, Mustafa Abdel Yalil, que desertó en los primeros días de las revueltas y ahora ha sido aceptado por los rebeldes para liderar su Gobierno de transición.
El que ha sido nombrado como vicepresidente, Abdelhafith Guga, pidió en una rueda de prensa ayer en Bengasi el respaldo de todos los países y organizaciones internacionales, especialmente de la ONU, así como el de las embajadas libias en el extranjero. Asimismo, Guga ha admitido que el ejército desertor no tiene capacidad para hacer frente a las fuerzas de Gadafi, que en estos momentos estarían compuestas por las tropas de élite dirigidas por su familia y mercenarios africanos, procedentes de Chad, Níger y Mali, con el apoyo de Argelia, tal y como denunciaron los rebeldes, que pidieron la ayuda internacional contra estos elementos y para detener las violaciones de los derechos humanos.
«Luchar hasta el último hombre»
Después de varios días de polémica respecto a la posibilidad de una intervención extranjera o el establecimiento de una zona de exclusión aérea sobre Libia, los rebeldes han dicho que aceptarían «ataques aéreos estratégicos» contra las fuerzas de Gadafi, las cuales están recuperando posiciones en los alrededores de la capital, que se mantiene en una calma tensa. Las fuerzas gubernamentales habrían recuperado las ciudades de Sabratha y Garyan en el oeste, y se han desplazado hacia el sur, mientras que Gadafi volvió ayer a minimizar la revuelta popular contra su régimen y a cargar contra las potencias y la prensa internacional en un largo y triunfal discurso de tres horas en honor del 34º aniversario de la fundación de su Libia. El coronel instó a «luchar hasta el último hombre y la última mujer».
Primer gran contraataque
- Al amanecer, tropas leales a Gadafi procedentes de Sirte (la ciudad natal del coronel) asaltaron por sorpresa la plataforma petrolífera de Brega. Tomaron también el puerto, aeropuerto y la zona universitaria. Horas más tarde, los rebeldes, con refuerzos de la vecina Aydabia y Bengasi, recuperaron la iniciativa en la batalla. Tras protagonizar un intenso y duro combate de horas, los opositores aseguraron que habían conseguido repeler el ataque.
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