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La barretina

La Razón
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La barretina está de moda. Antaño era Salvador Dalí el que se ponía la barretina por montera y la paseaba por el mundo. Ahora son dos personajes bien diferentes. Uno es un espontáneo que se dedica a jorobar todo tipo de actos y puestas en escena de colectivos o artistas. Es Jimmy Jump. Ese personajillo que vive de los patrocinios, de las apuestas en Internet o de una apariciones que acaban costando el cargo a los jefes de seguridad de donde se cuela sin permiso. El otro «barretinero» es un torero. Serafín Marín, nacido en Moncada i Reixac, defensor a ultranza de la fiesta de los toros. Los defendió en el Parlament con la palabra y ahora lo hace con su imagen cada vez que sale a la plaza. Con la «senyera» por capote y la barretina por montera en el paseíllo, el torero lucha por que la Fiesta no se prohíba en Cataluña. De momento, la cámara catalana tendrá que esperar para vetar la tauromaquia. El PP ha llevado al Consejo de Garantías Estatutarias la iniciativa popular contra los toros, lo que provocara un retraso en la votación prevista para esta semana. Entre pasillos se dice que si CiU da libertad de voto puede que los toros no acaben pasando al baúl de los recuerdos. Sobre Jimmy Jump poco más que decir. Sólo que no lo vemos capaz de lanzarse como auténtico espontáneo en una plaza de toros intentando mofarse de un miura ¿O si?