Cáncer
«En el futuro tendremos un fármaco para cada paciente»
PERFIL l Se licenció en la Universidad de Pennsylvania en 1978 y cursó su doctorado en la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York en 1982.l fue residente en Medicina Interna en la Universidad de Vanderbilt y completó su formación en Oncología médica en el Instituto Nacional del Cáncer. l sus trabajos en genética le valieron el Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1993.l En 2008, recibió el Premio Lane W. Adams Calidad de Vida de la Sociedad Americana del Cáncer como uno investigadores que más ha aportado a la Oncología en EE UU.l Además de sus logros en investigación clínica, Rothenberg ha sido reconocido por sus aportaciones en los tratamientos compasivos de pacientes con cáncer.
Con su enorme experiencia en el campo de la oncología, muchos de sus trabajos han dado lugar a fármacos –irinotecan o el oxiplatino– que han mejorado la vida de los pacientes con cáncer. Habla de los grandes retos de esta enfermedad, asegura que ya es menos mortal gracias a los avances de la Medicina, aunque de momento sólo puedan convertirla en crónica. Rothenberg dirige la Unidad de Oncología de la farmacéutica Pfizer, que cuenta con 25 fármacos (algunos aún en estudio) que ponen a disposición de los pacientes en la lucha contra esta enfermedad.
-En la actualidad, ¿cuáles son las principales terapias que ofrecen en la lucha contra el cáncer?
-Tenemos en nuestro «pipeline» (cartera de fármacos) cuatro medicamentos en pleno desarrollo clínico contra el tumor en el pulmón. En ellos buscamos las claves para reconocer los cambios a nivel genético y saber cómo se expresan en cada paciente. Con crizotinib podemos hacerlo, ya que en un grupo específico –que tiene activado el gen ALK– es más efectivo, y reduce el tumor hasta en un 90 por ciento de los enfermos.
-El futuro de los tratamientos pasan por ser personalizados. ¿Hasta qué punto será clave el conocimiento genético?
-Conocer los procesos que se desarrollan en una persona con esta patología nos puede servir para saber qué vías se pueden interrumpir en el desarrollo del cáncer y hacer más efectivo un fármaco. Además, esto nos sirve para darnos cuenta de que hay muchos subtipos de cáncer de pulmón, por ejemplo, y emplear el fármaco que mejor se adecúe a las necesidades del paciente. Se trata de tener el fármaco correcto para cada enfermo y no uno igual para todos.
-Pese al descubrimiento de nuevos medicamentos contra los tumores, la quimioterapia permanece como una de las armas más importantes, ¿cómo serán las «quimios» del futuro?
-Hace 20 años, cuando empezamos a desarrollar este fármaco, no pensábamos que fuera a convertirse en imprescindible y que sus efectos serían tan terribles para los pacientes. Hoy ya hay algunos tipos que disminuyen los problemas y que han conseguido desterrar la idea que tenían los pacientes de que el tratamiento era peor que la enfermedad en sí misma.
-En algunos tumores ya existe una vacuna preventiva o inmunológica, ¿trabaja su compañía en este tipo de fármacos?
-Es imporante destacar que encontrar una vacuna que funcione, no como preventiva sino a nivel del sistema inmunológico, resulta complicado. Tenemos una serie de agentes inmunológicos que actúan en este sentido, pero en la mayoría de los casos es necesario emplearlos junto a otros fármacos para elevar su efectividad.
-¿Qué pasa con los tumores menos frecuentes como el de páncreas? ¿Están olvidados?
-No. En nuestra compañía estamos a punto de contar con una nueva aprobación de sutent para un grupo específico de pacientes con este tipo de tumor. Por ser menos frecuentes no creo que cuenten con menos atención.
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