San Antonio
La última erupción volcánica en España se produjo en 1971
La eventual erupción de un volcán en la isla canaria de El Hierro, cuya probabilidad los expertos cifran en torno al 15%, sería la primera en España desde 1971, cuando se produjo la erupción del volcán Teneguía, en la isla de La Palma.
El Instituto Geográfico Nacional (IGN) no recoge ninguna erupción en El Hierro, aunque en 1793 el elevado nivel de actividad sísmica en la isla pudo estar provocado por el volcán Lomo Negro, pero no hay datos que lo confirmen.
Según el Instituto, las islas Canarias constituyen una de las regiones volcánicas activas más interesantes del Planeta.
El (IGN) documenta catorce episodios de erupciones ocurridas en España desde el siglo XV, todas en las Islas Canarias, y señala que sólo en este archipiélago y en la comarca gerundense de la Garrotxa ha habido actividad volcánica en los últimos 10.000 años.
El resto de áreas volcánicas españolas están en Cabo de Gata (Almería), Cofrentes (Valencia), las Islas Columbretes (Castellón) y Campos de Calatrava (Ciudad Real).
La erupción del Teneguía se produjo entre el 26 de octubre y el 18 de noviembre de 1971 y causó una víctima por inhalación de gases. Fue acompañada por movimientos sísmicos que provocaron alarma entre la población, sobre todo en Fuencaliente de La Palma.
Hay que retroceder hasta 1949 (24 junio-30 julio) para encontrar el anterior episodio volcánico: el volcán de Nambroque, Duraznero y Llano del Banco, también en La Palma. La erupción destruyó tierras de labor y los terremotos que la acompañaron destruyeron algunas viviendas.
Entre el 18 y el 27 de noviembre de 1909 entró en erupción el volcán del Chinyero, en Tenerife; no hay constancia de que causara daños; es la primera erupción de la que hay documentación fotográfica y estudios geológicos en España.
El episodio volcánico de mayor envergadura, según el ING, fue la erupción del Timanfaya en Lanzarote, entre 1730 y 1736, que causó grandes destrozos en viviendas, campos y ganado, aunque no se conocen víctimas mortales.
Tampoco las hubo en la erupción del volcán de Arenas Negras de Tenerife, entre el 5 de mayo y el 13 de junio de 1706, que destruyó el puerto comercial de Garachico, entonces el más importante de las islas Canarias, viviendas y tierras de labor.
A comienzos de 1705, los terremotos desencadenados por la expulsión del volcán de Sietefuentes (Tenerife) causaron la muerte de dieciséis personas e importantes daños. A esta erupción siguieron casi de forma consecutiva las de los volcanes tinerfeños Fasnia y Arafo, que apenas causaron destrozos.
Cuatro personas murieron por el estallido del volcán de San Antonio, en la isla de La Palma, entre el 12 de noviembre de 1667 y el 21 de enero de 1678, que también causó importantes destrozos.
La primera erupción documentada por el Instituto Geográfico se produjo en el volcán Tacande o Montaña Quemada de La Palma, aunque no hay datos de los daños causados y la fecha se sitúa, de forma imprecisa, entre 1430 y 1440.
Más imprecisa resulta aún la segunda referencia recogida por el IGN, una erupción que se produjo entre el 24 y 25 de agosto de 1492 en Canarias y que fue observada por Cristóbal Colón.
La principal singularidad del volcanismo canario es su prolongada actividad (más de 50 millones de años) y volumen (unos 150.000 Km cúbicos). Además, manifiesta una gran diversidad de mecanismos eruptivos, que pueden sintetizarse en dos grandes grupos: el basáltico efusivo, que suele dar lugar a erupciones relativamente tranquilas, y el félsico explosivo.
El mayor volcán del archipiélago, y también del Océano Atlántico es el Teide, de 3.718 metros de altura, que, según los estudios geológicos no entra en erupción desde hace unos 1.250 años.
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