Elecciones municipales
Aguirre el prototipo de una líder que no ve obstáculos para alcanzar metas
A sus 60 años cumplidos Esperanza Aguirre lo ha sido casi todo en política: concejala, teniente de alcalde, senadora, ministra, presidenta del Senado, de la Comunidad y del PP de Madrid y aunque hace poco la salud le dio un buen susto, ha decidido mantener su espíritu de líder, al menos otros cuatro años.
Es consciente, y le gusta, de que no hay madrileño, español e incluso, extranjero, que oiga hablar de Esperanza Aguirre sin ponerle cara a ese nombre y apellido, detrás del cual existe una mujer luchadora, trabajadora, tenaz y obstinada en conseguir sus fines, por encima de todo.
Así, y siempre marcada por el ideario del liberalismo, llegó a ser la primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid, Ministra de Educación y Cultura en el primer Gobierno del PP con José María Aznar, primera presidenta del Senado y la primera mujer que ha ostentado la presidencia de una comunidad autónoma española.
Todo eso, unido al apoyo popular de los madrileños que por tres veces le han dado la mayoría absoluta en el Gobierno regional, han dado fuerza a Aguirre para tomar decisiones algunas veces impopulares -véase la última subida de precio del transporte público-, para plantarle cara a sus adversarios, e incluso, cuando lo ha considerado oportuno, para enfrentarse a sus compañeros, aunque se tratase del mismísimo alcalde de Madrid.
Ni siquiera el cáncer de mama que le extirparon hace algo más de un año ha podido con esta mujer que a los pocos meses de llevarse uno de los mayores sustos de su vida fue capaz de meterse de lleno en la campaña electoral para volver a ganar la presidencia madrileña por mayoría absoluta.
Prometió bajar el ritmo de trabajo. Sus colaboradores más cercanos no se lo creyeron del todo y así ha sido porque Aguirre ha seguido defendiendo sus convicciones en un momento de profunda crisis económica.
Incluso y, ante la sorpresa de propios y extraños, llegó a pedir al presidente Rajoy que el Estado recuperase las competencias de Sanidad, Educación o Justicia, y se encontró con que la mayoría de sus homólogos autonómicos la dejaron sola porque ellos querían seguir gestionándolas, aunque con mayor eficacia.
Pese a todo, no se siente "el verso suelto"del PP que la oposición regional dice que es y por eso este fin de semana se vuelve a someter a la votación de sus compañeros de partido y les pide que le renueven el apoyo para liderar esta formación cuatro años más, rodeada casi de los mismos colaboradores que la acompañan en el Gobierno de Madrid.
Entre ellos se encuentra el vicepresidente regional, secretario general de los populares de Madrid y "mano derecha"de la presidenta, Ignacio González, al que algunos ven como "el delfín"de Aguirre porque cada vez le ha ido dando mas peso en la política madrileña.
Nunca la presidenta se había referido de manera clara a su futuro profesional y a una posible marcha de la política activa hasta que hace una semana, en un acto de promoción turística de Madrid, anunció que volvería a su antigua profesión de técnico de Información y Turismo cuando dejara la presidencia regional.
"¿Será verdad?, ¿Será esta su última legislatura en la Comunidad? ¿Va a dejar definitivamente la política?"Las preguntas que muchos se hicieron entonces siguen en el aire. La respuesta solo la conoce la presidenta.
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