Asamblea de Madrid
Intercambio de cromos
Hace meses que Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón viven un «idilio» preelectoral. Las diferencias y choques en la gestión de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid –que cíclicamente suceden entre ambas administraciones– han desaparecido para dar paso a una «piña» entre ambos dirigentes bajo las siglas del PP.
Ninguno quiere emular los escándalos del PSM a cuenta del enfrentamiento por las listas entre los candidatos a la Comunidad y el Ayuntamiento. Por eso, están decididos a cerrar sus candidaturas sin dar que hablar. El Comité Electoral quiere aprobar la lista municipal bajo absoluto consenso, pero antes se deberá salvar el tradicional «escollo» que supone cerrar el número de concejales más afines a Aguirre que formarán parte de la candidatura madrileña. Los de Gallardón querrían aumentar –en al menos un concejal– el número de nombres de la lista designados por el alcalde. Por su parte, desde la Puerta del Sol se quiere hacer «algún intercambio» entre los tradicionales «aguirristas».
En la última legislatura, el Comité Electoral del partido en Madrid–que preside el número dos de Aguirre, Ignacio González– «colocó» entre los primeros puesto a 15 ediles, frente a un total de 19 nombrados por el alcalde.
Pero para los próximos cuatro años podría haber cambios. Y es que entre los concejales afines a la presidenta hay algunos que llevan más de diez años en la misma posición. «Muchos nos hemos quedado estancados y sin visos de cambios. Es una cuestión de movilidad», afirman.
Algunos de estos concejales de distrito se lo han manifestado directamente a la presidenta o a su círculo más cercano. Además, trece de estos quince vivieron uno de los episodios más tensos entre la presidenta y el alcalde y se posicionaron: cuando los afines a Aguirre pidieron la sustitución del vicealcalde durante su suspensión de militancia. Aquellos que levantaron la mano hace más de un año quieren ahora un «relevo» que Aguirre está decidida a atender, al menos, en parte. La presidenta del PP tiene margen en la Asamblea. Hay rumores de que podrían llegar hasta la presidencia de la Cámara y si no, el número de diputados aumenta en nueve (hasta los 129). Según las encuestas, el PP podría llegar hasta los 76 escaños –diez más que en 2007–, pero Aguirre también tiene que atender a otras llamadas. Alcaldes experimentados, diputados con expectativas municipales o concejales que han destacado en los últimos años podrían intercambiarse. Por el momento no hay nada decidido, pero la «fumata blanca» debe llegar en diez días. Arranca el «sudoku» electoral.
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