Galicia
Una catástrofe de 4000 millones de euros
Arranca el juicio del «Prestige» entre peticiones de suspensión y la admisión de nuevos informes. «La zona está recuperada», aseguran los científicos
Madrid- Casi una década después de que el petrolero «Prestige» se partiera en dos y deramara 77.000 toneladas de fuel oil de baja calidad en las costas gallegas, los responsables de esta catástrofe ecológica se han sentado por primera vez en el banquillo de los acusados. Ayer, a las nueve y media de la mañana, en el recinto ferial ExpoCoruña, tres de los cuatro acusados tomaban asiento. Falta uno, Irineo Maloto, que se encuentra en paradero desconocido. Con rostro serio, Apostolos Mangouras, el capitán del petrolero, Nikolaos Argyropulos, jefe de máquinas y el ex director general de la Marina Mercante, José Luis López Sors, escucharon, gracias a la traducción simultánea, cómo la Fiscalía pedía que se admitiera un informe pericial que eleva los daños de la catástrofe ecológica a más de 4.000 millones de euros, entre otras demandas. Es necesaria la admisión de un informe pericial «que va más allá del daño ambiental y abarca la totalidad de los daños», afirmó el fiscal de Medio Ambiente de Galicia, Álvaro García Ortiz. Su cálculo parte de un informe que ha realizado la Universidad de Santiago de Compostela. Por otro lado, el abogado del Fondo Internacional de Compensación de Daños por la Contaminación de Hidrocarburos (Fidac) también instó al tribunal a aceptar otro informe sobre el daño económico para que haya «un reparto justo» entre las partes. La propietaria del buque, Mare Shipping, ha pedido que se acepten los testimonios de nuevos testigos que «confirmarían la negativa de la Administración española a dar refugio al barco». Las penas para los acusados podrían oscilar entre los cuatro y los doce años de cárcel.
El Instituto Español de Oceanografía (IEO) ha sido el responsable de sondear los daños causados por la marea negra. Cumplidos los diez años, Demetrio de Armas, subdirector de Investigaciones del IEO, asegura que la zona «está recuperada». Aunque no se atreve a confirmar que el cien por cien de la costa esté libre de contaminantes, «los resultados que tenemos confirman que no queda nada», insiste. De Armas recuerda que fue «una catástrofe ecológica terrible», aunque insiste en que «no tenemos información de que alguna de las especies autóctonas no se haya podido regenerar». Es más, «a los seis meses del desastre, en algunas zonas la contaminación se redujo hasta un 90 por ciento». Aunque no pone la mano en el fuego por que un hecho tan grave no se repita ya que «a raíz del ‘‘Prestige'' se han elaborado planes de contingencia europeos para que no vivamos una situación similar».
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