La denuncia y Mourinho

Santi Cazorla ha denunciado lo que era evidente en la Selección desde hace meses. Lo que se conocía desde las confrontaciones entre Real Madrid y Barcelona en los partidos de Copa del Rey y Liga de Campeones de la pasada temporada.
Tras lo sucedido era imposible que Xavi y Puyol le tuvieran alguna consideración a Sergio Ramos. Tras la final de Copa en Valencia era difícil que a Villa no le quedara resquemor por la actuación de Arbeloa y el modo en que le marcó en Mestalla. Las declaraciones posteriores de algunos jugadores echaron más leña al fuego. Algunos madridistas quisieron cargar su eliminación y la pérdida de la Liga a las actuaciones arbitrales, mensaje recibido desde el vestuario. «Pito» Mourinho les encendió la mecha.
Afortunadamente, pareció que en los partidos posteriores de la Selección española se habían saturado las heridas. Los madridistas pusieron a Piqué en su orla de individuos perseguibles y, aunque el único teatrero fue Dani Alves, cargaron sobre los demás el mismo tipo de calificativos sin hacer distinciones.
Hubo un tiempo en que dentro del vestuario madridista hubo disensiones, pero finalmente la doctrina de su manipulador e insolente entrenador acabó por contar con valedores entre los futbolistas, incluidos los internacionales.
Hay madridólogos que empiezan a creer que lo ocurrido no beneficia a nadie y ha servido para romper amistades de años. Hay gentes deseosas de que se alcance la paz para el bien del equipo nacional. Dejarlo en manos de Vicente del Bosque es arriesgado. A la Selección deben llegar los enfrentados con espíritu distinto al que se respira ahora. Santi Cazorla sólo ha señalado lo que pronosticamos algunos al final de la pasada temporada y lo que hemos repetido durante la reciente Supercopa de España.
Posdata. «Tiene hambre atrasada de gloria», dijo Jorge Valdano en referencia a Mourinho y lo echaron.