Bruselas
Rebelión europea contra el castigo de las agencias
Standard & Poors (S&P) consiguió ayer lo que la crisis de deuda nunca ha podido hacer: unir las voces de los principales dirigentes en su contra. La amenaza de la agencia sobre la nota de solvencia de 15 de las 17 economías de la zona euro, hecha pública el lunes, desató la reacción de los políticos en los prolegómenos de la cumbre en la que se decidirá el futuro de la moneda única. Además, cortó la euforia que habían vivido los mercados en jornadas precedentes.
MADRID- El primero en reaccionar fue el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, que tachó de «exagerada e injusta» la amenaza de S&P. Afirmó no sentirse «inquieto», pero sí «sorprendido», sobre todo tras los esfuerzos que ha realizado la UE en los últimos días para superar la crisis.
La lideresa virtual de este proceso de reconversión de la UE, la canciller germana Angela Merkel, fue la más suave. Valoró con un escueto «lo que hacen es de su propia responsabilidad» la labor de las agencias y emplazó a la cumbre de la UE la próxima solución a la crisis de deuda que sufre la zona del euro.
Francia, por su parte, aseguró que S&P tomó la decisión de emitir una advertencia sobre los ratings de la zona euro el pasado martes, según un funcionario del país. El primer ministro del país, François Fillon, señaló que la amenaza de la agencia es «inoportuna» y «excesiva» y representa una «advertencia colectiva» para el desendeudamiento. Descartó, además, aplicar nuevos ajustes pese a lo que diga S&P, y reveló que el país esperará a la reunión del viernes entre Merkel y Sarkozy.
El fondo de rescate, en peligro
No contenta con el revuelo organizado, S&P dio un paso más y también amenazó con rebajar la nota de máxima calidad AAA del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), el instrumento temporal de rescate de la eurozona. En realidad, esta decisión es «mecánica», se justificó la agencia, ya que si las «triples A» desaparecen de la zona euro, un instrumento gestionado por las economías de la moneda única no podría tener esta máxima nota. «Dependiendo del resultado de nuestra revisión de las notas de gobiernos miembros del FEEF, podríamos rebajar la nota a largo plazo del FEEF en uno o dos escalones», detalla la agencia.
Poco después de conocer las intenciones de la agencia, la nueva Autoridad Europea de Mercados (ESMA) contraatacó y anunció que tiene previsto inspeccionar antes de que acabe el año las principales agencias de rating que trabajan en la UE para asegurarse de que respetan la normativa comunitaria. «Publicaremos los resultados en abril de 2012», añadió.
A nivel comunitario, el comisario de Servicios Financieros, Michel Barnier, señaló que la amenaza de S&P es «una opinión entre otras», pero criticó el momento elegido para lanzarla.
Fin de fiesta en los mercados
En las principales bolsas europeas, la noticia de una posible rebaja masiva de rating por parte de S&P tuvo un impacto limitado, pero cortó la racha compradora. Los inversores saben que la calificación que tiene gran parte de las economías de la moneda única no está justificada. En este escenario, el Ibex 35 cerró plano (+0,08%), mientras que la mayor caída del viejo continente la sufrió el Dax germano (-1,27%). París recortó un 0,68% y Milán se dejó un 0,49%. En Wall Street, todos los índices cerraron en positivo.
En el mercado de deuda, los diferenciales de los bonos periféricos registraron movimientos volátiles, pero no hubo cambios significativos. La prima de riesgo de España registró una ligera subida del 3,58% y volvió a superar los 300 puntos básicos, mientras que el riesgo país de Italia descendió un 1,79%, hasta los 368 puntos. El rendimiento del bono alemán cayó ligeramente hasta el 2,188%, mientras que la cotización del euro frente al dólar apenas varió al cierre del parqué europeo.
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