La red ortogonal se estrena con una huelga y problemas de tráfico

BARCELONA- Uno de los proyectos estrella del Ayuntamiento, tras los sucesivos fracasos urbanísticos, la red ortogonal de autobuses, comenzó ayer su andadura con bastantes sobresaltos. Al desconocimiento de los usuarios hubo que sumar los trastornos de tráfico que los nuevos carriles bus han provocado y, sobre todo, la huelga de conductores.

Esta red nace con la sana intención de convertir el autobús en un medio efectivo para el día a día de los barceloneses y no, como ocurre actualmente, en un transporte más vinculado al ocio. Así las cosas, el Ayuntamiento puso en marcha cinco de las 28 líneas previstas que, a grandes rasgos, cubren Barcelona con trayectos horizontales y verticales formando una red. Los primeros ejes son: Gran Via (H12), entre Gornal y Besòs-Verneda; Passeig Marítim-Ernest Lluch (D20), vía Paral·lel; plaza Espanya-Sarrià (V7); Passeig Marítim-Montbau (V21), vía Marina y túnel de la Rovira, y Ronda del Mig (H6), entre Zona Universitària y Fabra i Puig. Los diseños son lo más rectos posibles para hacer transbordos rápidos en los intercambiadores y poder alcanzar cualquier punto de la ciudad en menos de 40 minutos. Para ello, se han producido cambios de sentido en algunas calles y eliminado carriles de coches.

Estas primeras líneas han supuesto la eliminación de otras cuatro -10, 30, 56 y 74-. Y este fue precisamente uno de los grandes inconvenientes con los que tuvieron que lidiar los usuarios. La huelga mermó las frecuencias de paso y fue habitual ver a personas asomadas a los autobuses para informarse de cómo desplazarse por la ciudad. Además, las retenciones fueron habituales en algunos puntos de la Diagonal y la Gran Vía por las variaciones viarias que ha comportado la red ortogonal. En la H6, por ejemplo, el nuevo carril que discurre por la Diagonal acorta sustancialmente el viaje y los usuarios, sobre todo los estudiantes, se mostraban aliviados por los minutos que ganan con el nuevo sistema.

El alcalde, Xavier Trias, vaticinó que los cambios provocarán malestar, como por ejemplo en la Gran Via, donde comerciantes y vecinos del lateral montaña criticaron la pérdida del carril sentido Llobregat, que con el bus se veta la carga y descarga, y que quita visibilidad ante potenciales compradores. El primer teniente de alcalde de Barcelona, Joaquim Forn, por su parte, pidió comprensión a los usuarios del transporte público ante los cambios de la nueva red ortogonal ya que, según dijo, es la apuesta más importante en movilidad de los últimos 10 años y marcará un antes y un después en este ámbito. «Tenemos mucho que ganar», añadió Forn.

Paso a paso
En primavera de 2013 se pondrán en marcha los cuatro ejes siguientes, y en otoño, otros cuatro, y todos estarán claramente identificados con distintivos que se añadirán al número de línea: los verticales, con una V y el color verde; los horizontales, con una H y el azul; y los diagonales, con una D y el lila. También se incorporanmáquinas de venta de billetes en Gran Via-Rambla Catalunya y Prat de la Riba, y en Espanya y plaza Universitat, donde también habrá pantallas táctiles para informar al usuario.

Hasta 150 informadores distribuidos por la ciudad
Las principales quejas de los usuarios durante el estreno de la red ortogonal se fundamentaban sobre todo en la falta de información. Por ello, TMB ha desplegado informadores en las paradas de las cinco primeras líneas de la red ortogonal a la espera de que sea suficiente. Estas cinco líneas suman 88,8 kilómetros entre ida y vuelta, tendrán unas frecuencias en hora punta entre los 5-7 minutos de la H6 y 8-10 de la V7, y por ellas circularán los laborables 67 buses ambientalmente avanzados, la mayoría de gran capacidad, y equipados con pantallas de MouTV.