Feria de Málaga
Desconexión Y hasta enfado
Castellón. Quinta de la Feria de La Magdalena. Se lidiaron toros de la ganadería de Lagunajanda, el 6º como sobrero, bajos de presentación, descastados y de poco juego. Casi lleno.-El Cid, de malva y oro, media, descabello (saludos); estocada caída (vuelta al ruedo).-Sebastián Castella, de azul pavo y oro, estocada baja (saludos); estocada (silencio).-Miguel Ángel Perera, de azul y oro, media, descabello (silencio); pinchazo, media (silencio).
La gente acudió tarde pero en masa y en los últimos cinco minutos, apurando, casi se llenó la plaza de toros de Castellón. La ocasión lo merecía, pensábamos. Desmereció después, a toro pasado. Más bien visto y no visto. Lagunajanda falló. Cantado estaba que la presentación no iba a estar a la altura, a este paso, nos acostumbraremos. Pero la falta de casta, la sosería en la embestida, acabó por convertir el espectáculo en un viaje lineal en el que poco o nada de lo que ocurría resultaba de interés en el tendido. La desconexión comenzó mucho antes, quizá el tiempo primaveral, casi veraniego, los carteles de San Isidro recién salidos del horno, ese Aniversario, ¿quién lo comprará este año? Madrid, Madrid qué lejos mientras se abría la puerta de toriles y avanzaba el primer ejemplar de la tarde. Más pequeño se veía todavía con ese símil imaginario: Madrid- Castellón, no hay lugar, ya sé...
Abría plaza El Cid, que por cierto por el Foro pasará tres tardes. Se anuncia con la de El Ventorrillo, El Puerto y Las Ramblas... Ayer, a modo de aperitivo, cumplió con el primero de la tarde, que fue a más. Parecía desmoronarse tras el tercio de varas, lengua fuera incluida, pero quiso acudir a la muleta, sin excesos, dejarse, que mucho nos pareció después.
Discreta quedó la labor. En cambio, ante el cuarto, toreó Manuel Jesús a cámara lenta. Tenía el animal tanta nobleza como poca transmisión, por lo que apenas trascendió lo templado y reunido que toreó el de Salteras. La desconexión entre ruedo y tendido a estas alturas era ya una evidencia. La espada se le fue baja, hubo petición no atendida por el presidente y tal vez el momento más activo del público no fue la petición, sino la bronca.
El segundo se venía de lejos. Pero hasta ahí apuntaba en la calidad. No se empleó después el Lagunajanda. Castella intentó tapar pero se amontonó. Tuvo mal estilo el quinto, y ante el espesor, mejor abreviar.
A Miguel Ángel Perera le tocó un tercero que le avisó. No era bobalicón. Le llevó siempre tapado, mandado, y anduvo firme con él, pero todo en ese camino de indiferencia en el que se colaba el festejo. En el sexto ya era tarde para todo. Y para colmo salió lastimado. Sobrero. Horror. De Lagunajanda también. Hizo cosas raras de salida, perdía las manos en ese trote sin definir que llevaba al embestir y antes de darnos cuenta, se rajó. Antes, mucho antes, nos habíamos rajado los demás. Algunos de la desconexión habían pasado al enfado; cuestión de carácter.
EL CARTEL DE HOY
Toros de Manolo González para El Fandi, Cayetano y Daniel Luque
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