Barcelona
Perera triunfa en Barcelona
La Monumental (Barcelona). Feria del Mediterráneo. Se lidiaron toros de Torrehandilla y Torreherberos (6º), terciados y manejables en conjunto, el 5º, el mejor. Media entrada. El Cid, de blanco y oro, estocada (saludos tras petición); estocada (palmas); El Fandi, de catafalco y oro, pinchazo, más de media caída, descabello (silencio); más de media (oreja); y Miguel Ángel Perera, de azul celeste y oro, estocada (oreja); estocada desprendida, aviso (oreja).
Un encierro de Torrehandilla y Torreherberos cerró el mes de julio en La Monumental de Barcelona. Unos toros manejables pero que no terminaron de romper, pese a lo cual, la terna supo sacar partido de los animales, consiguiendo incluso Miguel Ángel Perera, abrir la puerta grande tras cortar una oreja a cada uno.
El primero de la tarde tuvo poca raza y no se empleó en varas, llegando a la muleta pegajoso. De la labor de El Cid destacaron sus tandas al natural. El morlaco mostró pronto intenciones de quererse rajar, por lo que el torero se fue en busca de la espada. El cuarto se arrancó alegre al caballo y metió los riñones en las dos varas que tomó. Ya en la muleta rebañaba y buscaba incluso la zapatilla del torero. Éste no terminó de estar a gusto con él, sin embargo, a la hora de matar dejó de nuevo una muy buena estocada. Con muchas ganas de agradar, El Fandi recibió de rodillas a su primero. Con las banderillas protagonizó su habitual espectáculo, llegando al público con los pares de la moviola y el violín. El animal no dio demasiadas opciones al granadino. Por el contrario, el quinto resultó el mejor del festejo. Se lució ante él en un quite por chicuelinas, para comenzar de rodillas su labor muleteril, en la que anduvo muy aseado. Perera, el triunfador de la tarde, supo sacar muy buen partido del jabonero tercero, que embistió con largura, aunque le faltó algo de fuerza. Por uno y otro pitón sacó los muletazos que el animal tenía. Estuvo atinado a la hora de matar. El que cerró plaza, que embistió con falta de ritmo, se encontró a un Perera muy técnico, que consiguió templados muletazos. Fue certero con el estoque.
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