Lisboa
Ana Zamora con los clásicos a muerte
En el Renacimiento, las danzas de la muerte adornaban fiestas de todo tipo. Cinco siglos después, la directora regresa a este género con ayuda de la compañía portuguesa Cornucopia. Tras pasar por Lisboa, hoy estrena en Olmedo.
Basta detenerse frente al tétrico «Triunfo de la muerte» de El Bosco en el Museo del Prado para comprender que, si bien en toda época el fin de la vida marca nuestra existencia, la intensidad de esa relación no siempre ha sido la misma. Ahora vivimos rápido; en el medievo, en cambio, se moría rápido. La muerte era un invitado habitual, una presencia familiar a la que llegó a dársele entidad festiva. En algún momento, en algún lugar de Europa, comienzan a surgir las danzas de la muerte. El tramo final del medievo vio extenderse por toda Europa estos bailes que aunaban música, folclore, canciones... A día de hoy era un género dormido en fondos bibliográficos y estudios de eruditos.Cualquiera que haya seguido la trayectoria de la directora teatral Ana Zamora y su compañía, Nao d'amores, sabrá que todo lo anterior era casi una provocación: si alguien podía recuperar las «danças» era esta joven entusiasta del teatro clásico menos conocido. «Queríamos hacer un espectáculo bilingüe, en español y portugués, en torno a la temática de las danzas macabras. El primer motivo era que abordaba el ámbito cronológico que nos faltaba», cuenta esta enamorada del medievo y el primer renacimiento que anteriormente ha llevado a escena textos de los siglos XII y XIII, y del XV, en delicados montajes con textos de Berceo y Gil Vicente, como en su «Auto de la Sibila Casandra» (2003) y el «Auto de los cuatro tiempos» (2004), y que ha excavado en archivos y bibliotecas para rescatar otra tradición, la de «Auto de los Reyes Magos» (2008), y que ha tanteado al teatro sacramental en su «Misterio del Cristo de los Gascones».«Quedaba un vacío en ese periodo en el que no hay teatro, pero debió haber teatralidad, aunque no queden restos escritos. Aunque las danzas están fechadas en el siglo XV, beben de un espíritu que tiene mucho que ver con el XIV, con la peste negra que se cepilla a media Europa en pocos años. Me interesaba hacer una investigación plástica sobre cómo pudo ser ese tipo de teatralidad». Partieron del texto, como es habitual, pero investigaron en lo visual, con referencias alemanas y francesas, «pero también españolas, como es la danza que hay pintada en Morella, que es una maravilla». Música, plástica, literatura... El montaje cumple así con el canon identitario de la compañía: cercanía física con el público, empleo de músicas de época siempre en vivo –con el trabajo de la musicóloga Alicia Lázaro–, una iluminación que crea atmósferas ceremoniales y a menudo originales marionetas y otros elementos de maquinaria y atrezzo de factura antigua.Zamora acaba de presentar «Dança da morte / Danza de la muerte» en el Festival Internacional de Almada y hoy estrena el montaje en España en otro certamen, Olmedo Clásico. Posteriormente viajará a Gijón (22 de julio) y Almagro (23 y 24), y volverá en septiembre a Lisboa. Ya en otoño visitará Segovia (22 y 23 de octubre). La directora ha contado con colaboración de la veterana compañía lusa Cornucópia. Incluso actúa en escena el alma de esta formación, el actor Luis Miguel Cintra, una institución en el país vecino.Estilos diferentes«En el mundo de la factura plástica, nuestros estilos no tienen mucho que ver , pero sí compartimos un amor por los clásicos», explica Zamora de ambas compañías. «Ellos llevan muchos años en esto, desde la Revolución de los Claveles, y para nosotros representaba un poco lo que queríamos ser cuando fuéramos mayores», bromea la directora. «El Club de la Comedia no somos –reconoce con humor sobre lo minoritario de su propuesta–, pero hemos notado, desde que hicimos en La Abadía "El Auto de los Reyes Magos", que hemos ampliado la cantidad de público a la que llegamos». Y explica: «Hemos hecho una labor de difusión fuera del ámbito académico. No estamos descubriendo América, todo esto está estudiado y publicado, pero sí hemos hecho llegar al gran público algo que es poco habitual. Otra cosa que hemos logrado es transmitir espectáculos con una base simbólica muy compleja pero que entran por los ojos y los oídos. Al público quizá le ocurre lo que a mí cuando leo estos textos: quizá no llego a entender ni la mitad en la primera lectura, pero me llega directo al corazón».DÓNDE: Festival Olmedo Clásico. CUÁNDO: Hoy, 20:30 h y 23:00 h. CUÁNTO: 13 euros. Tel.: 902 40 02 22. www.olmedo.es/olmedoclasico.
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