Impermeable que recoge agua de lluvia

Ropa de chocolate, elaborada con residuos, caramelos y ahora también vestimenta confeccionada para aliviarte cada vez que tienes sed. Hyeona Yang y Joshua Noble, del Instituto de Diseño Interactivo de Copenhague, en Dinamarca, han creado «Raincatch», un impermeable que, además de evitar que la lluvia traspase la prenda, permite recolectar el agua caída durante el chaparrón.

Después, gracias a un sistema de almacenamiento de purificación de agua, el usuario podrá beberla cuando tenga sed. Es decir, un mecanismo similar al que se utiliza durante las rutas de montaña, para que uno no tenga que parar cada vez que tiene sed, pero con la ventaja de que el agua de este impermeable no se acaba, bueno, siempre y cuando siga lloviendo o vuelva a hacerlo.

Como un camello
Aunque quizá, el mayor parecido del «Raincath» sea «con el camello y su joroba», tal y como explica a este semanario su coautora Hyeona Yang. «El agua –prosigue– se recoge en el cuello del impermeable que se filtra por la parte posterior de la capa donde se pasa a través de unos filtros de carbón vegetal y luego se purifica mediante un proceso químico simple de yodo».

«Después –continúa Yang–, este agua se almacena alrededor de la cintura y las caderas, de modo que el usuario podrá aguantar el peso sin esfuerzo. Si bien, también se almacena en pequeñas bolsas alrededor de los hombros».

«Esta dispersión del agua alrededor de la capa permite que ésta pese por igual, y por tanto que el usuario del ‘‘Raincath'' pueda caminar sin ir desequilibrado por el peso del agua», asegura Hyeona Yang.

Además, «la idea no es que lleve una cantidad excesiva de agua con usted, sino más bien suficiente para unas horas o un día de senderismo», añade.

En vez de una cremallera, va una «pajita» de plástico gigante (o un tubo) que hace de cordón para cerrar la capa y que llega hasta la boca del dueño del impermeable.

«Pusimos en marcha este proyecto con la idea de que el agua potable y el acceso a este recurso es uno de los asuntos más importantes del siglo XXI. ‘‘Raincath'' es una solución simple y minimalista que puede utilizar todo el mundo, desde un excursionista hasta un vagabundo, por ejemplo», explica Hyeona Yang.

Un vestido jardín
Ali Seçkin y Mette Lyckegaard, del Instituto de Diseño Interactivo de Copenhague, han ideado una prenda de vestir original. Consta de una malla hecha de restos de envases utilizados así como de compost orgánico donde se ponen las semillas que florecerán y permitirán a la dueña disfrutar y lucir una ropa cambiante y única, puesto que es una misma la que decide si le gustan más las margaritas o los tréboles. Pero, ¿cuánto tiempo sobreviven las plantas? ¿Superarán un lavado a mano? Son preguntas que uno puede hacerse, aunque eso no es lo importante, el objetivo de los autores es hacernos pensar sobre el distanciamiento que hay entre la naturaleza y los urbanitas.