Murcia
OPINIÓN: Especulación editorial
Aunque no están confirmados los detalles, la noticia que saltaba ayer a las redes sociales es como para echarse a temblar: Maria Kodama, la viuda y «gestora» de los derechos de Jorge Luis Borges, ha entrado en litigios con la editorial Alfaguara para que retiren del mercado –y parece que así será– «El hacedor (de Borges): Remake», el libro de Agustín Fernández Mallo que homenajea al escritor argentino y construye a partir de él un texto contemporáneo.
Convertir un autor en una marca registrada o un texto en una realidad inamovible, me parece un grandísimo paso atrás en la potencia de la creatividad. La apropiación, el homenaje y la reelaboración no es algo contemporáneo que llegue con el posmodernismo. El trabajo sobre autores y temas previos está en la misma base de la cultura textual –y de la imagen– de Occidente desde mucho tiempo atrás. El concepto de derechos de autor y «propiedad intelectual» es algo que surge con la modernidad y que forma parte de la capitalización de la creatividad y la mercantilización de la cultura.
Lo curioso –y triste– del asunto en cuestión es que el problema se plantee con un autor como Borges, maestro en el homenaje y en los juegos de espejos. Está claro es que si él hubiera tenido la mentalidad de su viuda, jamás habría pensado un relato como «Pierre Menard, autor del Quijote», en el que un autor copia el Quijote en el siglo XX y dice que se trata de una obra nueva porque el contexto es diferente. Las obras cambian, se adaptan y mutan, como las ideas. Detrás de cada libro siempre hay otro libro, visible o invisible. Intentar cercenar esta realidad con argumentos como los que de María Kodama convierte la literatura es pura especulación editorial.
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