Estocolmo
El PSOE rechaza multar a los diésel
Tumba la propuesta de Gallardón de penalizar a los coches contaminantes
MADRID- La ministra de Medio Ambiente vuelve a vender humo. Un mes después de que desapareciera la famosa boina gris sobre Madrid, ayer se firmó el anunciado convenio de mejora de la calidad del aire entre Rosa Aguilar y Pedro Castro, presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Sin embargo, la expectativa se ha quedado en agua de borrajas ya que han confirmado, una vez más, que antes del verano se concretaran dos planes nacionales que velarán por la salud de los ciudadanos, pero no han adelantado ninguna medida específica: el primero buscará delimitar las partículas y el NO2 que se respira en las ciudades y el segundo afectará, sobre todo, a las zonas rurales, las más perjudicadas por la polución del ozono.
Peatonalización, fomento del transporte público, sensibilización ciudadana, pero «nada de fiscalización», confirmaron ayer los dos líderes socialistas. Esta determinación confirma la resolución que, horas antes, había consensuado la Comisión Ejecutiva de la FEMP y por la que se echaba atrás el proyecto del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, que proponía aplicar un impuesto a los coches contaminantes que quisieran acceder al centro de la ciudad.
Los ejemplos de otras capitales como Londres o Estocolmo, donde existe una tasa de congestión que graba los vehículos que utilizan diésel o gasolina, no ha influido en la decisión de la Comisión.
La iniciativa que planteó Gallardón a principios de mes contó con el apoyo de la Comisión de Hacienda de la Federación pero Castro repitió ayer en numerosas ocasiones que «la fiscalización no se contemplaba en los planes» y que «todos los municipios estaban de acuerdo con la decisión». La propuesta del alcalde consistía en «instar» al Gobierno a que «iguale o penalice la tributación del combustible diésel sobre el de gasolina», explicó. Asimismo, la idea del líder del PP era el de establecer un coeficiente que penalice a los coches más caros, con el objetivo de hacer el impuesto más progresivo en función del consumo del vehículo.
Como explicó ayer Castro, la finalidad del acuerdo entre la FEMP y Medio Ambiente es el de reducir el 50 por ciento los vehículos contaminantes: «En 2030, la mitad de los coches que emiten gases de efecto invernadero deben desaparecer». Aunque se desconocen qué medidas específicas se tomarán, el transporte público y el uso del ferrocarril para trasladar mercancías son dos de los puntales del futuro plan.
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