Estados Unidos
Garzón imputado por cohecho impropio por sus cursos en EE UU
MADRID- El Tribunal Supremo vuelve a poner a Baltasar Garzón contra las cuerdas. En la única causa que le quedaba pendiente, la relacionada con las «generosas» aportaciones de empresas para sufragar distintos cursos en la Universidad de Nueva York, entre 2005 y 2006 –cuando disfrutaba de una licencia de estudios concedida por el CGPJ–, el instructor, Manuel Marchena, ha terminado su investigación y concluye que existen serios indicios de que pudo incurrir en cohecho impropio. Este delito, el mismo por el que ha sido juzgado Francisco Camps, está penado con una multa de 3 a 6 meses. Fiscalía, defensa y acción popular, ejercida por los abogados José Luis Mazón y Antonio Panea, disponen de diez días para solicitar la apertura de juicio oral, sobreseimiento de la causa.
Manuel Marchena parte del hecho, de forma «provisional», de que durante su «estancia formativa» en Nueva York, Garzón concibió «la posibilidad de obtener fondos que le permitieran la organización de cursos en los que invitar a personalidades relevantes» y para abonar gastos y honorarios de una «persona de confianza», María del Mar Bernabé, funcionaria de Justicia.
Para ese objetivo, añade el instructor, contactó con directivos de importantes empresas españolas «de los que tenía la seguridad de que nunca iban a denegar un patrocinio que estuviera impulsado» por Garzón. Algunos de los responsables de esas empresas «habían sido testigos o imputados en procedimientos instruidos» por el propio juez, mientras que otros «tuvieron que responder por denuncias presentadas en la Audiencia Nacional».
Con esta idea, «contactó con responsables de distinto rango del BSCH, BBVA, Telefónica, Cepsa y Endesa», a los que llegó a solicitar un total de 2.595.375 dólares», aunque finalmente sus «gestiones» permitieron la «obtención definitiva» de 1.237.000 dólares.
El magistrado rechaza de plano la tesis de la defensa y del fiscal de que no se puede imputar a Garzón un delito de cohecho toda vez que no ejercía funciones jurisdiccionales. Por el contrario, quienes respondieron a su solicitud «sabían perfectamente quién era el requirente y cuál era su destino profesional». La conclusión es que, de forma intencionada, Garzón llevó a cabo una «mezcla entre el carácter de autoridad judicial» y «su condición de exitoso gestor de fondos».
Cuentas en el extranjero
Por otro lado, constata que no coinciden las cantidades que constan como percibidas por Garzón a través de su cuenta en una sucursal de Citibank de Nueva York y las que la Universidad certificó como abonadas, lo que «no puede ser explicada de otro modo que admitiendo la existencia de cuentas en el extranjero que no han sido identificadas, o el abono de cantidades en metálico o a través de personas o sociedades instrumentales». Además, la existencia de «remesas de dinero procedentes de los fondos» de esas empresas «no fueron reflejadas» en los «asientos contables de la Universidad de Nueva York».
Las frases del auto del juez
1 «Silenció» a la Universidad de Nueva York, con quienes pactó «un rígido compromiso de incompatibilidad» que seguía cobrando como juez de la Audiencia.
2 «Contactó con directivos de importantes empresas respecto de los que tenía la seguridad de que nunca iban a denegar un patrocinio» que impulsara él.
3 Mezcla su «carácter de autoridad judicial» y su «condición de exitoso gestor de fondos».
4 «Lo definitivo –en el cohecho impropio– es la solicitud u obtención de dádiva o regalo y que ésta sea entregada en consideración al cargo».
48 horas después de la absolución de Camps
La paradoja para el juez Baltasar Garzón es que él haya sido imputado por el mismo delito –cohecho impropio– por el que llevó a los tribunales a Francisco Camps, y por el que éste fue absuelto apenas 48 horas antes. Pero si ya resulta llamativo este extremo, casi lo es más que para el ex presidente de la Generalitat pidieran una multa por valor de 41.250 euros, mientras que para el ex magistrado de la Audiencia Nacional le acusen ahora de haberse beneficiado de 1.237.000 euros gracias a los cursos que impartió en Nueva York cuando estaba en teoría de año sabático. Será el tercer proceso al que tenga que enfrentarse Garzón, tras el de las escuchas de la «Gürtel» y la investigación sobre el franquismo.
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