Barcelona
El Govern cesa al jefe de meteorología por ser crítico con el fin de los 80 km/h
Hasta el fin de semana, cuando llegarán lluvias, los barceloneses tendrán que vivir bajo una capa de contaminación.
BARCELONA- «El medio ambiente, la calidad de vida, la salud de las personas, la seguridad en las carreteras, el rigor científico e incluso la meteorología agradecerían, sin duda, que el Govern mantenga el límite de 80 kilómetros por hora en los accesos a Barcelona». Lo decía ayer David Rodríguez Albert, en un artículo en El Periódico, donde todavía se le acreditaba como director del Servicio Meteorológico de Cataluña (SMC).
Horas después, el Govern anunciaba el cese de Rodríguez Albert al frente del SMC. Y para dar fe de que no es cuestión de rencor ni de no saber encajar una crítica, fuentes del nuevo ejecutivo aseguraron que Rodríguez Albert fue avisado de que la Generalitat prescindiría de sus servicios, el pasado lunes, un día antes de que saliera publicado su artículo criticando el fin del límite de la velocidad en los accesos a Barcelona. Sin embargo, el cese de Rodríguez Albert, que accedió al cargo de director del SMC procedente de las filas de EUiA en tiempos del tripartito, no ha ido acompañado del nombramiento de un nuevo responsable.
La eliminación de los 80 kilómetros por hora, una de las promesas estrella de la campaña de Artur Mas, no está yendo como imaginaba CiU. La supresión de una medida impopular, que tiraron adelante los ecosocialistas desde el tripartito, se esperaba que fuera aplaudida. Sin embargo, se ha dado de bruces con un anticiclón que ha disparado los índices de contaminación ambiental en Barcelona y sus alrededores. Los niveles de polución en el área metropolitana duplican los que la Unión Europea considera razonables, cosa que ha empujado a la Generalitat a retrasar la supresión de los 80 kilómetros por hora. En nombre de CiU, Oriol Pujol niega que el gobierno haya hecho el ridículo, aunque admite que «todo este guirigay resulta un poco cómico». Por su parte, Artur Mas admitió ayer que Barcelona debe controlar los niveles de polución para que la UE no les sancione.
La decisión del Govern ha dado alas a todos aquéllos que critican el fin del límite de velocidad en Barcelona, como la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria, la Sociedad Española de Epidemiología y la Sociedad de Salud Pública de Cataluña y Baleares, que han firmado una declaración de apoyo a la impopular medida. Alegan que desde la implantación de los 80 kilómetros por hora, en 2008, se ha rebajado la concentración de dos agentes contaminantes, las partículas en suspensión y los óxidos de nitrógeno.
Para contrarrestar las críticas, el conseller de Territorio y Sostenibilidad, Lluís Recoder, defendió que la velocidad variable es más eficaz que el límite de los 80 kilómetros por hora para mejorar la calidad del aire, según estudios consultados por su departamento.
De momento, hasta el fin de semana, los barceloneses tendrán que soportar días como el de ayer (véase la imagen), con un cielo confuso y con neblina. El sábado, según la Agencia Estatal de Metereología, el viento y la lluvia disiparán el aire contaminado.
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