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Más Europa por Javier Flores

La Razón
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Veinte años nos separan de la firma del Tratado de Maastricht en 1992, del nuevo pacto fiscal en el que todo se ha hecho para garantizar el carácter vinculante de las hasta ahora vagas promesas de disciplina, que un número creciente de los países miembros de la eurozona ha venido incumpliendo de manera sistemática durante los últimos años. Veinte años durante los que, salvo dos raras excepciones (Finlandia, Luxemburgo), todos los países del euro han violado en algún momento los criterios de déficit público que establecía (y sigue estableciendo).

Aunque es cierto que cada vez más gobiernos han avanzado y comprometido nuevos planes de ajuste para sus economías, la recesión, agravada por la crisis del sistema bancario, no deja margen de espera para que el equilibrio de las cuentas públicas y las reformas estructurales calmen por sí mismas la situación. Ahora más que nunca, los líderes europeos deben trabajar desde la necesaria cooperación entre los estados y el Banco Central Europeo, una colaboración en la que, sin embargo, el producto sí que depende del orden de los factores.

Pero los estados, además de explicar y fijar de manera creíble el modo en el que van a sanear sus finanzas, algo en lo que ya se está trabajando, no pueden perder de vista algo más allá de la ansiada estabilidad financiera: la ciudadanía europea. Una cuestión de voluntad política con concesiones por todas las partes, suficientes al menos para sacar adelante una hoja de ruta que, aunque lenta y repleta de burocracia, sirva para lograr que el BCE y otras instancias internacionales guarden las espaldas de la eurozona y de sus miembros más frágiles, para asegurarles una posición financiera relativamente cómoda durante el proceso de ajuste. Una Europa como conjunto y no como una suma de partes desiguales.

 

Javier Flores
Responsable de Estudios y Análisis de Asinver