Sexo

«Blood money El valor de una vida»: Un negocio teñido de sangre

Dirección y guión: David K. Kyle. Música: Eric Genuis, John Wenger, Nathan Kohrs. EE UU, 2010. Duración: 90 minutos. Documental.

«Blood money. El valor de una vida»: Un negocio teñido de sangre
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«La vida no la define el tamaño», dice la doctora Alveda, sobrina de Luther King y narradora de un documental que denuncia los millones de «violentos asesinatos de inocentes» que se producen cada año en el mundo, las devastadoras consecuencias del aborto en la mujer (físicas y emocionales: suicidios, infertilidad...) y el rentable negocio en que algunos han convertido esta práctica «que da la espalda a la ciencia porque la existencia humana empieza en el momento de la concepción». Es duro y triste enfrentarse a «Blood money», que agrupa testimonios de jueces, médicos, psicólogos y jóvenes rotas desde que un día interrumpieron su gestación. Una práctica a la que EE UU dio luz verde en los 70 porque los jueces dieron la espalda a la Constitución e «inventaron» el derecho al aborto, aunque «desde el principio madre e hijo son seres diferentes con diferentes genoma y ADN».
 
La cinta ofrece un alúd de datos desoladores. De seguir al ritmo de hoy, en que de cada cinco afroamericanas tres abortan, esa parte de la población descenderá de forma drástica y se convertirá «en un grupo políticamente irrelevante». Otro engaño: en escasas ocasiones se trata de una libre elección, ya que muchas se deciden obligadas por factores externos (presión familiar, de la pareja...). Más radical y cuestionable es la relación que establece entre esclavitud y aborto. Aplastante trabajo en el que no caben voces antagónicas, también alerta sobre cómo los adolescentes comienzan cada vez más jóvenes a mantener relaciones íntimas. La razón: los centros de planificación familiar se sitúan junto al campus, lo que significa métodos anticonceptivos gratis y cerca. El problema resulta inquietante: casi 2 de cada 3 mujeres que abortan usaban alguno. Simplemente, fallaron. La ex millonaria propietaria de una clínica abortiva, que ofrece un testimonio muy crudo, reconoce que le dieron preservativos en mal estado a las chicas. En aquel sitio se practicaban varios abortos por hora (varias ni estaban en estado, pero fueron engañadas mediante pruebas falsas) con sólo 21 juegos instrumentales, lo que significa que no había tiempo para esterilizar nada y una tasa de infección del 75%. También se refiere a las que perdieron la vida tras operaciones salvajes. «Y no salió jamás en un periódico». Las palabras del doctor Nathanson , otro abortista, resultan, también, escalofriantes. Recuerda cuando apareció por vez primera la espantosa grabación, en color, de un aborto... Controvertido capítulo aparte merece Margaret Sanger, fundadora de la industria Planned Parenthood, dicen que una racista defensora de la eugenesia y pronazi. Encendido y tremendamente enérgico en la defensa de sus convicciones, las copias que veremos aquí (donde ya saben que una niña de 16 años puede abortar sin permiso paterno) llevan un epílogo que reúne las palabras de españoles que también aportan información alarmante: «82 empresas ganan unos 150 millones de euros al año practicándolos en nuestro país». Un dinero tan rojo como denuncia el título del filme.