India

EE UU replantea su alianza con Pakistán santuario terrorista

Consejeros de Obama consideran que ha llegado el momento de salir de Afganistán

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NUEVA YORK- Inmediatamente después de que el presidente Barack Obama anunciase la captura de Osama Ben Laden en la ciudad de Abbottabad, el Gobierno paquistaní de Asif Zardari expresó su malestar porque la Casa Blanca no le había informado de la operación. Es más, el «Team Six» de los SEAL, la élite de las Fuerzas Armadas estadounidenses, neutralizó el sistema de radares de Pakistán para que los helicópteros no fueran detectados. Para no ahondar en la herida, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, salió al paso con unas declaraciones para recordar que «Pakistán es un país un aliado».

Ahora es Washington quien hace las preguntas. Y los funcionarios de la Casa Blanca han reclamado a Islamabad que explique por qué Osama Ben Laden estaba escondido en un complejo a 60 kilómetros de la capital del país y 1.000 metros de la Academia Militar de Pakistán.

Desde el Capitolio, los legisladores han criticado que desafía la lógica que el jefe de Al Qaida estuviese escondido en Abbottabad sin la complicidad o sospecha de algún miembro del Gobierno de Pakistán. Por ello, políticos de Washington se preguntan si se debe reconsiderar la ayuda económica y militar de 3.000 millones de dólares al año. Además, aún se recuerda la controversia por el desvío de fondos estadounidenses de Islamabad a los talibán. También llama la atención de los analistas la ausencia de declaraciones del Ejército paquistaní, la institución más poderosa del país. «Los militares se encuentran en una situación muy comprometida, en cierto modo entre la espada y la pared», dijo a Efe Humayun Khan, analista y profesor de la Universidad Nacional de Defensa, muy ligada a la institución castrense. «Si hablan para afirmar que tenían conocimiento de la operación, como todos creemos, estarían desmintiendo al Ejecutivo, mientras que, si no lo hacen, aceptan que otro país puede realizar una incursión en su territorio sin que ellos se den cuenta», deslizó Khan.

El Gobierno afgano fue más allá al sugerir ayer que Pakistán podía saber el lugar exacto donde vivía Ben Laden antes incluso de la intervención de las fuerzas especiales de EE UU. Por su parte, el principal partido opositor de la India instó al Gobierno a reconsiderar su decisión de reanudar el proceso de diálogo con Pakistán, país al que acusó de ser «patrocinador del terrorismo».

Ayer, Francia se comprometió a ayudar a Pakistán en la lucha contra el terrorismo, según confirmó el primer ministro paquistaní, Raza Gilani, al término de una entrevista que mantuvo en París con el presidente francés, Nicolas Sarkozy. Pakistán, impaciente por pasar página a la muerte de Osama Ben Laden, arrestó ayer a un número indeterminado de habitantes de la ciudad del norte paquistaní donde vivía el líder de Al Qaida con el objetivo de interrogarlos.
Obama también ha sido criticado por no haber recordado tras la caza de Ben Laden la lucha que empezó su antecesor George W. Bush, al cual ha pedido que le acompañe hoy al lugar. Como se esperaba, el republicano ha declinado la invitación. Su portavoz ha explicado que el conservador prefiere mantenerse alejado de los focos y celebrar esta victoria en privado, ahora que ya pasó su tiempo como presidente. Otro de los asuntos que se le ha escapado de las manos a Obama es el tiempo que deben estar desplegadas las tropas en Afganistán, donde todavía hay unos 100.000 efectivos. Para muchos analistas, ahora sí que hay argumentos para salir del país.