Valencia

Madrid gana la batalla

El 29-S hubiera sido un éxito, si los sindicatos hubieran logrado paralizar Madrid. La capital es para toda huelga general que se precie escaparate y termómetro. Sin embargo, ayer, Madrid ganó la batalla.

Madrid gana la batalla
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Las centrales habían hecho todo lo posible para bloquear la comunidad: se negaron a negociar los mismos servicios mínimos que pactaron con Fomento, llamaron a los trabajadores a no respetar la cobertura que finalmente fijó Esperanza Aguirre y desplegaron un auténtico «ejército» de piquetes para paralizar los transportes. Pero Madrid no sucumbió.

A pesar de que los sindicatos cifraron el seguimiento en un 74,2%, la Comunidad redujo el impacto de la huelga al 6,8%. La clave estuvo en los transportes. Pese a puntuales incidencias, Metro de Madrid circuló por encima de los mínimos.

El suburbano funcionó al 75% en hora punta y al 83% desde el mediodía. El 95% de los conductores, el colectivo con más capacidad de bloqueo, no paró. Donde sí hubo incidencias fue en los autobuses urbanos de la Empresa Municipal de Transportes (EMT). Los conductores sí acudieron a sus puestos de trabajo, pero los piquetes provocaron que a primera hora sólo pudiera salir el 8% de los autobuses, frente al 50% acordado.

El percance más significativo se produjo en las cocheras de Fuencarral, una de las más importantes. A pesar de que el Ayuntamiento de Madrid había acordado con Interior la protección de los conductores, lo cierto es que el Consistorio tuvo que reclamar ayuda ante la imposibilidad de garantizar la salida de los vehículos. Desde las 4:36 horas de la primera llamada, y pese a que varios efectivos de la Policía Nacional se encontraban en un centro comercial próximo, no acudieron a las cocheras hasta pasadas cuatro horas. A partir de las 9:00 horas, la EMT funcionó con todos los servicios mínimos e incluso por encima de lo pactado.

Más seguimiento en Cataluña

Al margen de porcentajes, Cataluña fue una de las comunidades con más seguimiento. La Generalitat señaló que la jornada transcurrió con «normalidad», pese a los numerosos incidentes, mientras que los sindicatos cifraron en un 80% el apoyo al paro general. Según el sindicato CC OO, unos 2,1 millones de trabajadores catalanes secundaron la huelga. Este porcentaje varió por sectores. El 90% de los colegios, el 95% y el 100% de los transportes, según los sindicatos, aunque las pequeñas y medianas empresas cifraron la participación en apenas un 10%. El departamento de Trabajo de la Generalitat cifró en un 15% el seguimiento en el sector público, exceptuando Educación y Sanidad.

En Andalucía hubo guerra de cifras y guerra en la calle. La huelga tuvo una escasa repercusión, aunque los sindicatos se hicieron notar, y mucho, en las ocho capitales, donde protagonizaron actos violentos. CC OO y UGT cifraron los paros en un 75% y la Junta se encargó de calmar los ánimos y los dejó en un 6%, que llegó casi al 10% al final de la jornada. Los servicios funcionaron por debajo del 30% en transportes y en el sector metalúrgico no llegó al 10%.

La huelga en la Comunitat Valenciana fue, según los sindicatos, un éxito, con un seguimiento del 78%, siendo la quinta autonomía en incidencia. Sin embargo, la Generalitat indicó que durante la noche y hasta primeras horas la repercusión en Sanidad fue del 4,4% y en Educación y Función Pública del 8%. Los percances se produjeron en polígonos industriales y en los puertos de Valencia y Alicante, casi paralizados.

En Murcia, el 29-S no se recordará por la movilización masiva. La patronal cifró el seguimiento en el 16 %, mientras que los sindicatos lo elevaron al 70%. Los sectores educativo, sanitario, comercial y de transportes funcionaron con normalidad.

En Castilla y León, las centrales cifraron en un 72,2% los paros, con especial incidencia en Valladolid, donde alcanzó un 83%. UGT y CC OO destacaron que la huelga había sido masiva en la industria, los polígonos, en los centros educativos y en los servicios de transporte. Unos datos excesivos a juicio de las patronales, ya que, por ejemplo, la vallisoletana cifró en un 3% el seguimiento de la huelga, mientras que en Soria la cifra no alcanzó el 2%.

En Galicia, con Vigo como principal «punto caliente», la huelga paralizó prácticamente la industria. Los polígonos industriales y la actividad en las factorías quedaron casi detenidas. País Vasco fue una de las autonomías donde más normalidad hubo. Tanto en los transportes interurbanos como en el aeropuerto se cumplieron los mínimos, únicamente hubo incidencias puntuales en grandes industrias por piquetes.