Actualidad

La segunda enfermedad erradicada

Tras la viruela, el Pian, bacteria que ha afectado a millones de personas en zonas tropicales, podría ser la siguiente dolencia en desaparecer gracias al trabajo de científicos españoles

La segunda enfermedad erradicada
La segunda enfermedad erradicadalarazon

MADRID- Se había intentado con la malaria, pero fracasó. También con la fiebre amarilla, sin éxito. Sólo en una ocasión se ha conseguido erradicar una enfermedad. O lo que es lo mismo: disminuir a cero el número de casos en el planeta. La «víctima» fue la viruela. Desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) afrontara su erradicación en 1959, pasaron 18 años hasta que se reportó el último caso. Ahora, por segunda vez en la historia, podríamos encontrarnos ante la desaparición de un mal: el Pian, enfermedad tropical infecciosa similar a la sífilis que podría afectar a millones de personas en el Pacífico, África, Asia y Suramérica. Los resultados de un estudio liderado por el Centro de Investigación en Salud Internacional de Barcelona (Cresib), y que hoy publica «The Lancet», permiten soñar con su fin.

A pesar de que el Pian estaba prácticamente olvidado –casi tanto como sus desfavorecidas víctimas–, en los últimos tiempos ha resurgido con fuerza. Hasta 50 millones de personas viven en zonas endémicas. Y lo que es peor, la enfermedad parece cebarse entre los más pequeños. Como la sífilis, el contagio es directo, pero no por transmisión sexual. La bacteria se transmite al contactar la piel infectada con la piel de una persona sana. ¿Con un roce basta? Quizá no tanto. Pero basta un apretón de manos.

Recuerda a la lepra
«Es fácil que los niños se contagien en las escuelas. Entre amigos, hermanos... Cuando identificas a un niño con Pian, descubres que el resto de sus compañeros también están infectados. Mientras, los adultos, al tener menos contacto físico, suelen tener la enfermedad latente», explica a LA RAZÓN Oriol Mitjà, especialista en enfermedades infecciosas que ha liderado el estudio junto al pediatra Quique Bassat, especializado en medicina tropical.

Son áreas con poca higiene y los niños sufren con frecuencia arañazos. La bacteria, que sobrevive gracias al ambiente húmedo, se inocula. Primero, produce úlceras en todo el cuerpo. Y en cinco meses, las lesiones son irreversibles: deformidades de las tibias, del maxilar... «Si has visto películas en las que retratan a leprosos, el resultado es parecido. No mata, pero provoca otras enfermedades», añade.

Adiós a la penicilina
Mitjá ha estudiado la enfermedad durante dos años en la isla de Lihir, en Papúa Nueva Guinea. «Para tratar el Pian, antes se usaban inyecciones de penicilina, pero había problemas: se necesitaba infraestructura para administrarlas, el personal exigía preparación, la penicilina puede producir alergia...», explica. «Cuando la OMS quiera erradicar la enfermedad, fíjate en la diferencia de pasar de usar 50 millones de inyecciones a 50 millones de pastillas», añade.

La pastilla no es otra que la azitromicina, antibiótico que ya se usaba para eliminar otras infe-cciones, como la ceguera causada por la tracoma. Mitjà y su equipo administraron el fármaco a 250 niños de entre seis meses y 15 años de edad. Con sólo una dosis, los anticuerpos eran negativos en un 96 por ciento de los casos. Las deformidades desaparecieron. El hecho de que no haga falta desarrollar un nuevo medicamento facilitará mucho las cosas. «La tolerabilidad y la seguridad ya están demostradas», afirma el científico.

Toca esperar, pero las previsiones son esperanzadoras. En tres años, se podría eliminar la enfermedad de toda una zona endémica. Y, tras pasar el relevo a la OMS, en un par de décadas podríamos informar del último caso de Pian sobre la faz de la Tierra. «Sería darle una nueva oportunidad al mundo. El hallazgo puede dar nuevos aires a la erradicación de otras enfermedades», asegura Mitjà. Y es que un descubrimiento así es «contagioso». Cuando los investigadores ven que se producen avances en un área, se afanan en progresar en otra.


¿Por qué ataca a los niños?
Es uno de los misterios que rodean al Pian. Es específica de los niños. «Produce más destrucción», dice Mitjà. No se sabe por qué. «Estoy convencido de que la bacteria prefiere el hueso del niño y puede penetrar en él de una manera más sencilla». En la imagen, algunos de los niños tratados por el equipo del Cresib.


Milagro en el último país descubierto en el mundo
Oriol Mitjà, de 31 años, ha pasado dos años en la isla de Lihir en Papúa Nueva Guinea, al suroeste del Pacífico, trabajando y ayudando a la población. «Posiblemente es el último país descubierto en el mundo, tras la II Guerra Mundial», asegura. Y como otras zonas, nadie se acuerda de que el Pian hace estragos al sufrirla «poblaciones remotas en zonas tropicales». Gente extremadamente humilde, sin agua ni electricidad, que vive en cabañas y cazan cerdos salvajes... «Quizá no son conscientes de lo que hacemos con el Pian, pero saben que los estamos ayudando».